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Antolín Castro |
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España |
[
30/10/2017 ] |
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Todos sabemos que en los palcos existe el llamado asesor taurino. Tiene su encaje no solo en el reglamento taurino, también en la necesidad de auxiliar al presidente en todo aquello que éste desconoce o puede desconocer. No olvidemos que quien dirige desde el palco el devenir del festejo suele ser una autoridad de la localidad, lo que no significa que tenga conocimiento al detalle del orden de la lidia y/o del propio reglamento.
De ahí que la figura del asesor tenga una importancia, en casi todos los casos, vital, con las excepciones de las plazas de primera y de otras donde quien preside es experto en la materia a la que tiene que atender y deberse: el Reglamento Taurino.
Dicho todo esto, podemos afirmar que ese puesto es ocupado en la mayoría de los casos por antiguos profesionales que, evidentemente, si conocen del desarrollo de la lidia, pero que también, más que probable, que conozca mucho menos del reglamento que lo ordena. Además, abundando en ello, suele ejercer su asesoramiento en plan corporativo, cuando no directamente triunfalista. Ya se sabe, a más orejas quedan felices los participantes y los públicos de paso.
Claro que, se nota la diferencia, cuando ese puesto es ocupado por persona competente en todas las materias señaladas. Es ahí cuando el orden se hace ostensible y las decisiones de quien ha de ir sacando pañuelos se hace de forma coherente y con sentido, no de cara a la galería o bajo presiones externas. El espectáculo entonces se percibe desde la seriedad y la tarea del asesor taurino cumple con la verdadera función para la que fue creado.
 Jesús Ferro, asesor taurino en el palco de Azpeitia Un clarísimo ejemplo de lo expuesto en el párrafo anterior lo tenemos en Azpeitia. Es seguro que a los lectores no se les escapa que esa plaza cuenta con uno de los mayores reconocimientos de los aficionados en España y Francia. No es baladí ni gratuito ese prestigio, y eso es debido a que el asesor taurino ejerce de tal sin permitir que la ignorancia plena o parcial del concejal de turno lleve el festejo por el despeñadero.
Esencial es la presencia de D. Jesús Ferro, un asesor en toda regla. No olvidemos que este asesor de Azpeitia ejerce de presidente en una plaza como la de San Sebastián. Por ello, está garantizado el orden y la cordura en todos los aspectos, lo que, sin duda, forma parte esencial de esa seriedad reconocida a la ya famosa feria de Azpeitia.
 El asesor del palco en Azpeitia marca la diferencia con otras plazas Si cada plaza contara con un asesor taurino de primer nivel como el Sr. Ferro, con independencia de quien fuera la autoridad que presidiera, podríamos asegurar que acabaríamos con el debate de quién debe ocupar el palco de presidente. Esos palcos de plazas de segunda y tercera ganarían el prestigio y respeto a la Fiesta que muchas veces les falta.
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