La Feria de Ambato llegó a extremos increíbles de falta de aceptación, baste decir que el día que más público captó, no llegó a los tres cuartos de la capacidad de su plaza.
¿A qué puede deberse que Ambato, haya tenido más coraje que Quito, a la hora de poner en su lugar a la Empresa, con su ausencia?. Puede que, al ser una ciudad pequeña su gente priorice los gastos y al hacerlo, no malgaste su dinero en corridas que los atraen poco; o a que en el recuerdo de los aficionados de Ambato, perdure aquella época en que su Feria era una prolongación de la de Quito.
Porque, hubo un tiempo en que muchos de los toreros de postín que entonces venían para Quito, toreaban luego en la feria ambateña. En fin, quizá lo más importante no es el porqué de las ausencias, si no, que, Ambato se negó, a comulgar con ruedas de molino.
Esto debería convertirse en un primer aviso para la Empresa, la ausencia de público en la Feria ambateña debió de dejarles en claro que, la gente ya no está dispuesta a pagar fuertes sumas de dinero por carteles de inferior calidad a los esperados.
Contrariamente a lo que la Empresa tiene por sentado, la crítica debería y podría ser un gran puntal para ellos, si no la temieran tanto. Debería de ser una guía para futuras acciones, la crítica, al revelarles sus errores les está dando la pauta para que los corrijan, para tomar acciones que; en el futuro les permitan tener más éxito.
Es cierto que, el escoger toreros de poco cartel en España y los de menor relevancia del país, inicialmente; suena como un buen negocio, se paga menos y como se aspira a llenos se espera más ganancias, pero; cuando el público se niega a tragarse la píldora, el negocio debe de venirse a pique.
Ambato queda cerca a Quito, con buenos carteles; con seguridad muchos quiteños se hubiesen lanzado a la aventura de seguir viendo toros en la Plaza de Ambato. Pero; con carteles como los presentados, ¿quién se gasta en el viaje?, dicho queda que cuando Ambato tenía en su feria toreros de gran cartel, muchos quiteños emprendían viaje para verlos de nuevo.
¡Lástima de negocio mal entendido y claro, lástima de corridas que pudieron ser y no fueron!.
¡Primer aviso!