Polémicas actuaciones tuvo Julián López El Juli a lo largo y ancho de la República Mexicana, diez en total, donde él afirma haber obtenido un balance positivo en general; pero analicemos detenidamente.

Primero es necesario mencionar el tema de las banderillas. Gran parte del público mexicano no tenía conocimiento de la decisión de Julián de dejar de cubrir el segundo tercio por lo que en todas sus actuaciones fue pitado ruidosamente. Aunque en su segunda comparecencia en la Plaza México, las protestas disminuyeron.

En sus primeras cuatro actuaciones en tierra azteca cosechó dos orejas, ambas protestadas y varios pitos combinados con silencios de indiferencia. El escándalo mayúsculo vino con su reaparición en el coso de Insurgentes con los de San Martín donde el público le midió con lupa. Apática actuación en su primero y mal en su segundo siendo despedido entre fuertes abucheos en un fracaso anunciado.

Apretó el paso en San Luis Potosí donde cortó dos orejas, pero al siguiente día, en Morelia tuvo una actuación fatal en su lote al grado de regalar un toro entre gritos de ¡fraude…! tuvo que exponer ante la exigencia del público y al final cortó dos orejas que tampoco dijeron mucho. Luego en Mexicali cortó tres orejas un tanto falsas.

El 5 de febrero Julián puso las cosas en orden. Su faena al toro Trojano de Montecristo fue técnicamente perfecta. El madrileño vio las cualidades del astado desde su salida. La inteligencia y la cabeza e ideas claras, le hicieron descubrir la distancia la cual fue la clave del exitoso trasteo. En un principio reponiendo el terreno y prendiendo al toro muy adelante, bajando la mano y despidiéndole muy largo por ambos pitones. Más tarde girando como un compás dejando la muleta en la cara. Quizá estéticamente para algunos no fue lo más bello, pero su toreo largo de mano baja sí transmitió. Una figura sabe cuando apretar, esa es la diferencia, y el Juli lo hizo, al segundo de su lote lo despachó rápidamente.

Su último festejo fue en Guadalajara, donde en un toro volvió la apatía y en el otro un silencio indiferente de un público visiblemente molesto y decepcionado.

Algo importante de mencionar, es que Julián vino a México con el plan de hacer una llamada gesta, es decir, lidiar corridas serias con trapío, lo cual cumplió. Vimos varias facetas del Juli: el falso, el apático, la figura, el petulante, el inteligente, el poderoso, etc.

¿Usted qué opina amigo aficionado; la actuación del 5 de febrero es suficiente como para decir que el Juli se va de México con un balance positivo, o nos quedó a deber?