No es mucho el material informativo que se genere por estos días en Colombia.

Finalizaron las ferias y temporadas locales y todo quedó remitido a los 500 millones de déficit que dejó la feria de Cali, según balances finales, el éxito de la feria de Manizales y los 811 millones de pesos que por concepto de arrendamiento, impuesto al azar y espectáculos públicos, recibe por corrida  la capital colombiana, según Felipe Negret, director de la Corporación Taurina de Bogotá.

Juan Fernando Cristo con escarapela de la feria de Manizales

Por lo demás, se continúa la lucha por la defensa de la fiesta que recibe arremetidas permanentes de grupos de animalistas y políticos como Juan Fernando Cristo que aspira a ser candidato a la Presidencia de la República y que dejó radicado un proyecto de ley para la abolición total y absoluta de las corridas de toros en el país, después de ser un abanderado y cómodo invitado de honor a la feria de Manizales. ¡Qué horror! La mentira, la desfachatez, la doble moral que manejan los políticos para cautivar votos en épocas de campañas proselitistas.

De otro lado, lamentar la desaparición de una ganadería emblemática de Venezuela como la de Cruz de Hierro por la situación política y económica que atraviesa el vecino país con una dictadura ignominiosa.

Entre tanto vivimos a través de las transmisiones televisivas desde España, la feria de Sevilla que recién finalizó con un Antonio Ferrera firme, artista, asentado y maduro después del percance sufrido y que lo alejó de los ruedos, ratificando su buen momento en Madrid construyendo un faenón a un toro descastado de Las Ramblas y el desarrollo de la feria de San Isidro con la única puerta grande hasta el momento conseguida por el rejoneador Diego Ventura y con carteles subsiguientes francamente de mucho interés para los aficionados.