S.I.17.- Hoy llegaron las figuras y no cambió nada o cambió todo, según se mire. Efectivamente, según se mire.

Cambió la asistencia de público y pudo ponerse el cartel de ‘no hay billetes’. Cambió, y mucho, las ganas de ver triunfar a los toreros a diferencia de la general acritud y exigencia de otros días. Hoy la lupa estaba más puesta en los toros. Cambió, entonces, el descanso de los cabestros de Florito que tuvieron que hacer horas extras. Cambió la respuesta de uno de los diestros, Talavante, para cortar una oreja que no fue discutida. Todas estas cosas cambiaron y no son pocas como ven.

No cambió la consabida presentación de las reses, que dejaron bastante que desear. No cambió con la empresa nueva la negativa relación entre toros/figuras. No cambió el que los aficionados tuvieran que elevar su protesta para hacer respetar la plaza de Las Ventas, como plaza de 1ª y como la más importante del mundo. No cambió, con esa actitud, y casi siempre que vienen figuras, que el palco tuviera que reconocer, hoy al menos por tres veces, que lo que había en el ruedo no era apto para la lidia, mucho menos en Madrid. No cambió que haya que enfadarse para que te hagan caso.

Ya ven, muchas cosas que cambian o no cambian en este tipo de festejos. La famosa corrida de la Prensa, cedida en su organización a la empresa, no deja de ser una corrida más en la que van a suceder las mismas cosas que todos nos tememos.

Nos temíamos el saldo de toros, anovillados, inválidos, impresentables. Con ellos el fracaso estaba servido y fue la afición quien corrigió, u obligó a corregir, el entuerto. Si no llega a salir el sobrero del Conde Mayalde, a estas horas todos estaríamos hablando de un petardo.

Con ese sobrero hizo Talavante una faena medida en tiempo y forma. Dio los muletazos necesarios para poner la plaza a sus pies, a base de temple, mucho temple, sin alharacas, sin concesiones a la galería. Pasajes muy bellos, sobre todo con la mano izquierda. El toreo de siempre tuvo en sus manos cabida y en los entusiasmados espectadores. Una estocada hasta la bola y una oreja seria, de las que no se discuten.

Bella faena la de Talavante a ese sobrero 'exigido'

La otra cara de la tarde la ha padecido Javier Jiménez, prendido por el sexto, un toro incierto al que el viento le ha ayudado en su coartada para herir al torero. Javier apuraba su presencia en la feria y no dudó en intentar combatir el mal estilo del toro y la ventolera. El resultado ya lo saben.

Sebastián Castella abrió cartel y le devolvieron el primero que era una raspa inválida. El sobrero de Buenavista mejoró la situación para él y le dio pases por todos lados, tantos que le sonó el aviso antes de entrar a matar. Alguno sería bueno pero se perdió entre tantos. En su segundo le vimos perdido y aburrido, como estábamos todos a esa hora.

No cambió el que la figura logre el triunfo y el aspirante caiga herido. Esos cambios suelen producirse solo de vez en cuando y no ha sido hoy.

Foto: Plaza 1