S.I.17.- Día del Santo Patrón, 15 de mayo, quien da nombre a esta feria de renombre mundial. Todas las esperanzas puestas en el día. No hay figuras, pero sí toreros que gustan en Madrid, que pudiendo parecer lo mismo no lo es.

Llegaron los toreros con sus ilusiones intactas, la terna hacía el paseíllo por primera vez en esta feria. Tarde de estupenda temperatura, viento sin aparecer, tendidos prácticamente llenos y faltaba el toro, los toros, que redondearan todas las expectativas. Pero llegó el genio.

El genio precisamente no era el de la lámpara, ni siquiera aquél genio torero que fue Juan Belmonte; el genio que se llegó hoy hasta la plaza de toros de Madrid, fue el genio mostrado por los toros de Montalvo. Llevarían sangre de Juan Pedro Domecq, pero debió ser sangre mala o mala sangre mejor. La bravura y/o la nobleza supuesta fue sustituida por un genio durante todo el festejo, siendo esa la tónica del encierro salmantino, además de una deplorable falta de fuerzas.

Así, de ese modo, los toreros no pudieron mostrarse a gran nivel, pues chocaron con esas condiciones que pareciendo algo positivo, resulta totalmente nocivo para expresarse.

Curro Díaz dejó momentos como este, pero no pudo redondear faena

Curro Díaz mostró esos detalles que tanto gustan, y gustaron, pero se estrelló en cuanto quiso ligar y estructurar una faena. Naturales de buen gusto, se mezclaron con enganchones propiciados a medias por la condición de sus toros, así como los altibajos propios de los toreros artistas. La espada no le ayudó a redimir los pecados, silenciándose su labor en el primero y dividiéndose en su segundo.

Paco Ureña tampoco pudo redondear nada y a punto estuvo de sufrir un grave percance al ser arrollado contra las tablas al recibir a su segundo. Visiblemente dolorido intentó ligar faena pero la constante e irregular embestida que mantuvo todo el encierro le impidió llegar más lejos. Curiosamente atravesó a sus dos toros con la espada.

López Simón no solo es el máximo triunfador de las últimas temporadas en Madrid, además es un torero actualmente placeadísimo… pues tampoco pudo con la condición geniuda de sus oponentes, a pesar de gozar con el más claro que fue el tercero. El madrileño no dio señales de estar bien, lo que dice muy mucho de que el ganado no le valía ni al artista, ni al valiente cabal ni al que triunfa todas las tardes.

Lo dicho, a pesar de que a muchos les pudo parecer un encierro con posibilidades, incluso bravo, tres toreros de distinto corte, fueron silenciados tras la lidia de los seis. Y es que el genio que llegó a la plaza no era bravura, ni era fácil de reconducir su comportamiento. De ahí el resultado.

Foto: Muriel Feiner