Advierte la prensa local que los toros en Bilbao no corren peligro. Añaden que en esta ciudad no sucede como en Vitoria o en San Sebastián. En la primera no ha habido empresa que se haya presentado al concurso. En la segunda se anda a la zaga a ver cómo demonios se puede plantear una consulta que a todas luces resulta ilegal (está ya dicho de forma jurídica) pero a la que el ayuntamiento está dando mucha prioridad. En Bilbao, sin embargo, el toreo da dinero y eso hace que los políticos al frente de las instituciones de la ciudad decidan dejar los cuestionamientos de lado. Como en las tres ciudades hay gobiernos del PNV/EAJ, dice la prensa que este grupo no tiene un criterio unificado sobre el tema taurino, mientras en un sitio ataca, en otro no ayuda y en el tercero (que taurinamente es el primero) se llama andanas siempre y cuando la feria deje dinero.
Mardito parné, que en esta ocasión salvará la consulta y otras escusas por el estilo en la que sin duda puede ser la tercera plaza más importante de España. Digo lo de mardito parné porque esto del dinero que producen las corridas de toros es algo que en ocasiones se puede usar como aspecto positivo y eje de defensa, y en otras es cuestión a la que no se le debe hacer caso pues más vale la vida de un animal que todo el oro del mundo. Uno siempre ha pensado que el argumentario que se ha desarrollado para defender la fiesta está trasnochado y que nada se alcanza con él; asunto del dinero incluido. Los grandes artistas e intelectuales son referencia para montones de cuestiones sociales y morales, espejo en el que mirarse a la hora de tomar orientaciones pero cuando se trata de los toros, Lorca, Hemingway o Gerardo Diego tienen el mismo valor que un chicle pegado en la acera. La ecología es un valor en alza, una guía que nos conducirá a un futuro mejor, más sano y seguro pero pasa a tener muy poca importancia cuando se cuenta que gracias al toro se conserva la dehesa. El paro se observa como el quinto jinete del apocalipsis pero cuando se habla de los trabajos que genera la fiesta brava pasa a un lugar de poca importancia porque a fin de cuentas, a quién le importa la vida de un mayoral o de un vaquero. Y luego está el dinero que es algo que nos vuelve locos. La fiesta produce… y algunos economistas todo el día haciendo números para defender la capacidad productiva de los toros pero en ese momento, el dinero pierde también su importancia.
Cuando uno juega con políticos, los argumentos son como un guante de lana que lo mismo se puede poner por su lado natural como hacerlo reversible. Así que ahora el PNV/EAJ decide no meter las corridas generales en el saco de los incordios porque éstas producen. Si esto fuera un aspecto jurídico, esa idea debiera de crear jurisprudencia. Es decir, si el factor pasta es importante en Bilbao, que lo sea también en San Sebastián. En esta ciudad se han hecho números estudios sobre el dinero, directo e indirecto, que deja la feria, y parece ser que es mucho. Pero se le quiere aplicar el beneficio de la duda ¿Toros sí o toros no?
Todo esto que está sucediendo nos lleva a una conclusión muy importante: someter los toros a consulta en San Sebastián sí es un ataque a la tauromaquia, por mucho que nos digan que es simplemente una consulta para saber el ‘sentir de la ciudadanía’. La consulta es ya de por sí una amenaza. Es como que te digan: estás a puntito… a ver qué pasa con vosotros.
El PNV/EAJ empieza a comportarse en este caso como ya lo hiciera Bildu en su lamentable periodo de mandato. Los de la ultraizquierda vasca no lo tenían claro, aunque les pesaba mucho no tener una política concreta al respecto del toro. En Donostia censuraron el espectáculo por voluntad propia, causando pérdidas económicas a la ciudad; en Zestoa, pueblo muy ad hoc para ellos, plantearon la consulta y hasta los suyos votaron toros sí; en Azpeitia no se atrevieron a hacerlo, faltaría más; en Pamplona, tampoco muestran valentía. Ahora el PNV/EAJ se encuentra en la encrucijada taurina en las tres provincias vascas oficiales. Y en cada una tienen una política distinta, más próxima a las exigencias de sus socios de gobierno, los que hoy censuran los toros y ayer lo censuraban todo.