Ha pasado más de una semana desde que la manifestación en Madrid, convocada por la AVT, Asociación de las Víctimas del Terrorismo, proporcionó un espectacular apoyo a esta gentes dolidas, sacrificadas y silenciosas, ejemplo de cuanto de bueno tiene la democracia. Nunca clamaron venganza, nunca pidieron atajos, nunca levantaron su voz y solo hicieron que pedir justicia. A esa petición, añadieron el pasado sábado 22, memoria y dignidad. Eso pedían.
Sin embargo, se produjo otro fenomenal y espectacular escándalo, cuando por unos cuantos insultos y achuchones al ministro Bono, que resultaron ser leves, se formó un guirigay que aún colea. De lo que supuso, y no se dio a conocer, la manifestación ya tuve tiempo de escribir en un artículo anterior, pero del bochorno, toca escribir hoy.
Tal escandalera se ha montado desde las filas socialistas por el achuchón y los insultos, que más parece que no habían visto nunca una manifestación. Ellos, que se pasan la vida en ellas, ponen el grito en el cielo por tal cuestión y olvidan, deliberada e intencionadamente, episodios no tan lejanos en los que la persecución a los populares formaba parte de lo cotidiano. Hoy por el Prestige, mañana por el Iraq, pasado mañana otra vez por el Prestige y esta noche de reflexión por el 11-M. Como además cuentan con la masa crítica que suponen los sindicatos de izquierdas y con toda la maquinaria de los de IU, la movilización la tienen asegurada.
Lo que ha salido por boca de Rubalcaba, Pepe Blanco, Mª Teresa Fernández de la Vega, Belloch, además de Bono, hacen palidecer a cualquier película de terror. Jamás se había visto una manifestación más violenta y agresiva, dicen. Manifiestan que Esperanza Aguirre, Acebes, Rajoy y cuantos populares se les vienen a la boca, son cavernarios, fascistas, derechona radical, intransigentes, agresivos, se les criminaliza y demoniza y se acusa que con sus formas se vuelve al pasado...(?) Vamos que sería mucho mejor que desaparecieran estos auténticos perturbadores del orden, alentadores de masas crispadas y manipuladores de manifestaciones. Por si fuera poco, instan a la AVT a que presenten su dimisión. Es decir, ellos -los citados socialistas- deben de representar la ternura y los otros, el miedo para la sociedad.
Entre tanto follón, detienen a dos militantes del PP por estar en una foto junto al ministro que iba de incógnito -eso sí, con guardaespaldas y TVE de incógnito también- y que nos deja para el futuro la enseñanza de alejarse de este hombre siempre que aparezca en público por si acaso hay foto y detención posterior. Con la de achuchones que hay más gordos que ese todos los días en el metro y no detienen a nadie. El caso es que la manifestación, salvo ese incidente magnificado hasta la saciedad, rozó la perfección exigible a este tipo de actos: no hubo ni una papelera rota, ni una intervención policial, ni una bandera nazi ni del escudo anterior, ninguna pancarta ostensible más que una que rezaba “ETA cadena perpetua”, ningún escaparate roto, ninguna consigna ni grupo alborotador, ni pintadas quedaron las paredes, ni detención (salvo las interesadas después). No hubo nada más que solidaridad con esas gentes, víctimas del terror, a las que se les dio un poco de tiempo de apoyo social. No suelen salir así de bien, ni de limpias ni de cívicas, otras manifestaciones de las que los voceros se sienten tan orgullosos.
Pues bien, todo según los interesados del PSOE, fue una manipulación partidista, incluso de la propia Asociación, -aunque nadie gritara consignas de asesinos, ni llevara las manos pintadas de rojo contra nadie como han hecho miembros de otra asociación- una manifestación contra el Gobierno, dicen, como si las del Prestige y las de Iraq fueran contra el capitán del barco o contra la ONU en lugar de ir contra otro gobierno. Todo un ejemplo de imparcialidad y equidad que me tiene perplejo. Yo que estuve allí, siquiera por un día, para solidarizarme con toda esa gente que sufrió y sigue sufriendo el terrorismo, me he mirado al espejo y resulta que soy un peligroso fascista y un activista radical y además me ha manipulado el PP. ¡¡Tócate los cojones!!.
También llevo una semana mirando las imágenes de Rubalcaba, Belloch, Blanco y la Sra. Fernández de la Vega. Lo hago alternativamente con Rajoy, Acebes, Astarloa y Esperanza Aguirre y qué quieren que les diga, por más que los miro no encuentro la diferencia entre la ternura que dan los primeros y la maldad y el miedo que dan los segundos. ¡Y mira que lo intento!. Pues no, no encuentro esa diferencia que me han anunciado todos estos días. Miro a la Teresa y a la Esperaza alternativamente, cierro los ojos y cuando los abro me asusto más si veo a la primera. Incluso, mirando, mirando, a mí me dan más miedo los amigos de los que fueron juzgados y sentenciados por los casos del Gal y los fondos reservados. ¡Y cuidado que estaban cerca cuando todo aquello se coció!.
Bueno, pues aunque cada uno pueda ver las cosas con el color del cristal con que se mira; después de acudir a la manifestación, de vivirla y salir de ella tan contento por hacer lo que hice -sin arrepentirme- al solidarizarme con toda esa gente, escuchar todo lo que he tenido que escuchar y leer a lo largo de esta semana pasada, llego a la conclusión que lo que hay aquí son dos varas de medir. Por tanto, propongo que habrá que tomar medidas.
