La expectativa es grande por lo que viene para Las Ventas de Madrid y sobre todo para lo que será San Isidro 2017 en manos del francés Simón Casas.
Un adelanto atractivo sin nombres de toreros pero anunciando sí el hierro a lidiarse el Domingo de Ramos (Victorino Martin), deja ver las intenciones positivas y en favor de la afición que tiene el productor galo para que la plaza registre llenos durante toda la feria.
Es angustiosa la necesidad de que la fiesta tome rumbos diferentes, saliéndose de los moldes habituales a los cuales están acostumbrados desde hace muchos años quienes visitan consuetudinariamente las plazas de toros.
La renovación no solo debe ser generacional, que ya la hay con toreros jóvenes como Roca Rey, Galdós, Garrido, López Simón y otros, sino también con ganaderías de alguna exigencia para las llamadas “figuras” que solo quieren la comodidad y el “toro artista”.
A este Simón que no es el bobito, el de la fábula del poeta colombiano Rafael Pombo, le gusta innovar, experimentar y ejecutar, se le dan las cosas y la esperanza es la de que pueda convencer caracteres y personalidades de toreros “figuras” para que lidien las corridas que nunca han lidiado por encastadas, exigentes, que plantean complicaciones y generan emoción a los tendidos.
Remitiendo estos conceptos a Colombia, no cabe duda que los toristas, observarían con máximo interés ver anunciado en los carteles por ejemplo a El Juli con una corrida de Mondoñedo o Paispamba o a Morante de La Puebla con Santa Bárbara o Juan Bernardo; son atractivos que el público pide pero que los empresarios no se atreven a proponer porque los apoderados y los mismos toreros rehúsan de inmediato el ofrecimiento.
Si el empresario de Las Ventas, Simón Casas, logra su objetivo, la fiesta tendrá una oxigenación y un espacio de apertura para que las nuevas generaciones de aficionados junto a los veteranos, reciban una retribución artística genuina a cambio de los altos importes que tienen que pagar para observar un espectáculo de importancia e interés. |