Los adame, mexicanos más conocidos actualmente, son unos jóvenes toreros de Aguascalientes. No son cantantes, ni actores, ni deportistas, ni políticos, ni narcos. ¡Son toreros!
La mina que genera tanto hombre de coleta, es la casa de la familia Adame Montoya, ubicada en la ciudad de la gente buena. Joselito, el mayor de ellos, 27 años de edad, matador de toros. Le sigue Luis David, 17 años, matador de novillos. Por último Alejandro, 16 años, aún becerrista.
Los tres hidrocálidos radican en España, saben que la mejor forma de hacerse toreros es en el viejo continente. Lo toros matan allá y acá, eso no tiene discusión, pero la seriedad y profesionalismo en que se hacen las cosas en la península ibérica tampoco tiene discusión.
Adame, dice el internet, es un apellido que se registra sobre todo en las provincias de Sevilla, Córdoba, Badajoz, Barcelona, Comunidad de Madrid, y Huelva. Procede del hebreo -adam-, “hombre”, “hecho de tierra”, que dio origen a los nombres y apellidos Adán, Adam, Adánez, Adámez, etc.
La nota importante de la casa Adame se dio a conocer por la prensa hace unos días: Luis David tomará la alternativa en septiembre.
El acontecimiento implica un cambio en su vida personal y profesional. A partir del doctorado alternará con matadores enfrentándose a toros con toda la barba.
Coinciden Joselito y Luis David
En México, el cambio de novillero a matador de alternativa es paulatino, muy despacito, se la llevan tranquilos; un vicio de la fiesta mexicana es que la mayoría de los que toman la alternativa lo hacen con novillos.
Un acontecimiento, como una alternativa importante, ha sido motivo de múltiples opiniones. Los comentarios no se han hecho esperar, sobre todo en contra.
Que si lo están adelantando, que no va a resistir el cambio, que va a fracasar estrepitosamente.
En España saben lo que hacen, no invierten en un torero si no le ven posibilidades de ganar dinero. Las casas de apoderados están en todo su derecho, su negocio es ganar euros con los toreros, pero hay que invertirles cuando son novilleros. Una vez que son matadores de toros, no los esperan varias temporadas, desde el primer año deben funcionar y generar dinero o los abandonan. Así es el negocio.
A Luis David Adame lo apodera Tauro Delta, la casa que maneja la plaza de Las Ventas de Madrid, ninguno de los socios se chupa el dedo, todos saben de tauromaquia.
Luis David no es ningún improvisado. Igual que su hermano, desde niño partió a España. Inició en la escuela taurina de “Aguas”, continuó en la de Madrid, hizo su presentación en público en Francia, en Saint Sever en noviembre de 2013, resultó ser el triunfador del festejo. Fue segundo clasificado en el certamen para becerristas de Canal Plus y del bolsín taurino de Ciudad Rodrigo. Toreó 23 festejos sin caballos; debutó con picadores en La Puebla de Sancho Pérez en mayo de 2015, cortó cuatro orejas y dos rabos. Exactamente al año siguiente debutó en Las Ventas.
En cuestión de edades coincide con su hermano Joselito.
Ninguno toreó de novillero en la plaza México, ambos debutaron en poblaciones de Francia a los 16 años, a los 17 debutaron de novilleros en Madrid. Joselito tomó la alternativa cuando tenía 18 años y cinco meses y Luis David la tomará un mes antes de cumplir 18 años de edad.
Nadie sabe lo que pasará con el mediano de los Adame, si la lógica funciona, batallará menos que su hermano mayor para ocupar puestos importantes, sencillamente porque la administración que tiene lo hará torear más seguido; pero la lógica no siempre funciona en el toreo, ni en la vida.
Por lo pronto en las ligas mayores de la tauromaquia se habla de los Adame.