Hay que recordarle al señor alcalde de Alicante la grandeza de lo que ha supuesto la celebración de nuestra feria taurina, algo que ningún político podía llegar a sospechar; sí, porque mientras ellos andan con sus prohibiciones, el pueblo llano habla con sus hechos y éstos no han sido otros que abarrotar cada día la plaza de toros de Alicante para presenciar lo que ha sido una feria hermosa.
Me decía un vecino de localidad dentro de la plaza de toros que nadie de los que allí estábamos congregados éramos de Podemos y demás huestes aberrantes que solo quieren destruir, en este caso, abolir la fiesta de los toros. Pensar que el gentío que estábamos en el recinto taurino éramos gentes normales, eso nos hacía felices a todos.
Bellísima panorámica de Alicante con su plaza de toros
Digo todo esto para que el alcalde socialista de Alicante, Gabriel Echávarri, tome nota al respecto de los toros. Hombre, todos sabemos que el pobre alcalde es un muñeco en las manos de sus compinches de gobierno; de todos es sabido que Echávarri está sujeto en sus partes más nobles por la tal Marisol Moreno que, como se demuestra, tiene más peligro que un toro de Miura.
Dicho en cristiano, ese conglomerado de partidos de izquierdas, los que quieren abolir la fiesta de los toros en Alicante, tras lo sucedido en nuestra ciudad, deben de tomar nota, ante todo para que no les pase lo que a cuatro desgraciados antitaurinos que se manifestaron frente a la plaza de toros y la gente les llamó hijos de puta, gandules, cabrones, mal nacidos....seguramente con toda la razón del mundo.
Así estaba la plaza de toros de Alicante durante su feria
Conviene que le recordemos al alcalde de Alicante que, tuvo que ser un socialista, pero con cabeza y corazón, el que salvó a la plaza de toros de Alicante de ser demolida. No era otro que el señor José Luís Lassaletta Cano, aquel si que era un señor; socialista, pero cabal. Es más, fue alcalde de Alicante porque ganó su partido en la ciudad, el PSOE, sin necesidad de ningún apaño con nadie, caso de ese pobre hombre que rige los destinos de la ciudad, pero con las decisiones de otros.
La feria ha sido un éxito, como las mismas elecciones celebradas el pasado domingo que, como se comprobó, la gente quiere libertad, de ahí el varapalo que se le endilgó a esos populistas asquerosos que solo piensan en su libertad mientras que, para los demás, ésta no existe.
Alicante, al respecto de los toros, se ha pronunciado abiertamente. Gracias a esa magnífica feria, nuestra ciudad ha tenido unos ingresos de más de ocho millones de euros en apenas una semana. ¿Cabe dicha mayor? Fijémonos que, en definitiva, a lo único que aspiramos es a la libertad y, si la misma, además de la diversión, deja en la ciudad una fortuna como la citada, el éxito no puede ser mayor.
Seguramente, para nuestra desdicha, hasta quizás se tengan que celebrar nuevas elecciones porque los partidos de izquierdas no respetan jamás a la derecha que ha ganado; mejor así sería porque de celebrarse nuevos comicios, con toda seguridad, la derecha sacaría mayoría absoluta para dejar a la izquierda donde debe estar, en la oposición para que este país siga progresando sin las locuras de tantos iluminados que, respecto a los toros, ya se han cargado la fiesta en muchos puntos de España. Todavía quedan demasiados enfermos que no han entendido el mensaje.
Foto: José Tébar