Cuando todo el mundo aboga por la libertad en todos los órdenes en la sociedad en que vivimos, de repente, respecto a los toros, ésta parece que ha muerto; es decir, se pide libertad desde todos los foros, eso sí, para los toros nunca jamás. Ese espectáculo maldito hay que erradicarlo para siempre, es lo que piensan los políticos de izquierdas. Y no es que lo piensen, es que lo hacen que es más cruel todavía.

Como explico, todo el mundo tiene derecho a la libertad menos en los toros. Ahí están las pruebas de todas las plazas de toros que han sido cerradas por decisiones arbitrarias y políticas, tomadas por personajes siniestros que dicen ser políticos. La lista de las plazas clausuradas es grande, ahora, por lo que vemos, caerá La Bella Easo puesto que, como sabemos, ya tienen preparado un referéndum para finiquitar para siempre la fiesta en Donostia.

El añorado Chofre de San Sebastián, inaugurado en 1903

Como es notorio, el coso de Illumbe, el que construyera ese vasco ejemplar llamado Manolo Chopera, ya lo tuvieron cerrado algunos años por motivos políticos. Cuando todo parecía que volvería a la normalidad, Illumbe queda en peligro inminente. Es una pena, algo muy doloroso para San Sebastián, aquello de que se cuestione una fiesta tan ancestral en dicha ciudad, todo por decisiones políticas nefastas. Así son lo políticos de ahora, los que quieren defenestrar los toros son nefastos, asquerosos, malditos, gentuza que no respetan a nadie.

Recordémosle a todos los imbéciles que ahora piden libertad que, era en los años setenta cuando éramos verdaderamente libres, hasta podíamos fumarnos un cigarrito donde nos daba la gana. Claro que, más tarde llegaría un gracioso de izquierdas llamado Zapatero y nos prohibió fumar, al tiempo que apoyaba las causas que defenestraron los toros en Cataluña puesto que, él y sus huestes se encargaron de ello.

Todos esos retrasados mentales de ahora que dicen abogar por la libertad, lo único que pretenden es ejercer una puta dictadura como en realidad hacen allí donde mandan, caso de Podemos y fuerzas adláteres que como no comulgues con ellos que no te pase nada. Para estos políticos, la única razón es la de ellos; ellos quieren la bandera republicana, se pasan la Constitución por el forro de sus cojones, quieren acabar con la fiesta de los toros y siguen hablando de libertad. Ante todo esto, la pena es que se erradicara la ley de vagos y maleantes puesto que, de estar en vigor no habría tanta gentuza suelta por las calles y, lo que es peor, en el ejercicio del poder.

Claro que, lo curioso sería que nos explicaran esas fuerzas de izquierdas los motivos por los cuales les duelen los toros; nadie lo puede entender. Yo creo que en vez de atacar a la fiesta de los toros, todos esos que dicen ser demócratas y solidarios para con sus hermanos, en vez de prohibir, podían dedicarse a formar plataformas para ayudar a los necesitados, para buscar trabajo al que no tiene, para acudir a los hospitales para consolar a los enfermos; mil acciones sociales se podrían llevar a cabo que refrendarían lo que dicen, pero como quiera que todo lo que dicen es mentira, lo único que hacen es atentar contra la fiesta de los toros impidiendo que los demás seamos libres.

El actual coso de Illumbe en La bella Easo, el que ahora quieren cerrar

Ahora, en San Sebastián, por lo que vemos, quieren cargarse ciento trece años de historia que data la fiesta de los toros en La Bella Easo. Claro que, a los radicales de izquierdas, hablarles de historia, de cultura, de costumbres de un pueblo y de amor hacia una fiesta centenaria, todo eso les suena a cuento chino; les puede el odio y el rencor porque, por lo visto, a todos les han contado que la fiesta de los toros la inventó Franco, de ahí el odio que rezuman por todos los costados. Hasta ahí les llega la incultura, la que les aboca al odio y al rencor.

Me río yo de lo que decían que era una dictadura en tiempos de Franco. En aquellos años éramos todos libres como el viento, nada se nos prohibió, hacíamos lo que nos daba la gana, íbamos donde queríamos y nadie se metía con nosotros. Es ahora cuando sufrimos la peor de las dictaduras; sí, la que propician cuatro idiotas que, con tres docenas de votos han llegado al poder para prohibir todo lo que a ellos nos les guste. Y se amparan en la grandeza de la democracia, hay que ser cínicos e hijos de padres desconocidos para ello.

Esos progresistas de izquierdas que dicen defender las libertades, al parecer, todavía no se han dado cuenta que, según ellos, seremos muy libres, especialmente ellos, los que prohíben todo, pero que vean como les tienen que contar a cientos de miles de jóvenes de España, algunos con tres carreras universitarias y no encuentran trabajo. Les han vendido la idea de la libertad, pero les han dejado sin pan. ¿Verdad, Gonzalo Ortigosa?

Pobre Partido Socialista que se pasó cien años en la búsqueda de la libertad, o lo que ellos entendían como tal y, de repente, se han visto involucrados en otras fuerzas similares que, como premisa, lo único que hacen es prohibir todo aquello que no les gusta.

Como decía, era en aquellos años setenta cuando el abogado laboralista llamado Felipe González podía fumarse un puro en su propia sede y, más tarde, gentes de su partido, hasta le robaron el derecho a ser libre en la cuestión citada. Así, de tal manera, nos lo han robado todo, hasta el derecho que tenemos para ser libres y, sin molestar a nadie, poder acudir a una plaza de toros.

Malditos serán siempre todos los que nos sepan respetar a los demás que, para mayor desdicha, gracias a la democracia, cualquier robagallinas ejerce ahora el poder. Eso sí, hemos ganado en una cosa. Ahora mismo, cualquiera, se declara antitaurino y maricón y le fichan para cualquier partido progresista. ¡Viva la democracia, sí señor!