Queda demostrada la hipótesis del porqué las llamadas “figuras” no aceptaban en una época alternar con toreros nacientes ya fuera en terna y mucho menos en retadores mano a manos.
Las figuras tienen un sitio ya establecido en el que exigen las prebendas que todos conocemos, mientras que los emergentes se ponen como carne de cañón a dejarse matar en el ruedo.
Arrear, como se dice en el argot o producir golpes de autoridad, es la consigna de los noveles que quieren llegar también a ocupar un lugar importante en el escalafón.
Roca Rey en una de sus salidas a hombros Casos recientes registran el triunfo el 17 de marzo en Valencia del peruano Andrés Roca Rey con tres orejas cortadas y saliendo en volandas mientras su alternante Alejandro Talavante cortaba tan solo un apéndice tras aviso.
El otro episodio sucedió el pasado 7 de abril en Sevilla en donde con toros de “El Pilar” triunfó Alberto López Simón obteniendo oreja en el cuarto y sexto toros mientras que el francés Sebastián Castella se iba de vacío y saliendo de la plaza por sus propios medios.
Lo preocupante del tema es que los emergentes van aliviados en los carteles donde figuran con los destacados líderes del escalafón, sirviéndose de las exigencias ganaderas de los apoderados de las “figuras” sin dejarle ver al aficionado sus verdaderas dotes frente a ganaderías despreciadas, no pertenecientes al mono encaste por los toreros de marras.
El esfuerzo para los consolidados es grande para no dejarse destronar, pues los Roca Rey, López Simón, José Garrido y los que vienen con próximas alternativas y pisando fuerte, Varea, Ginés Marín, Álvaro Lorenzo y Joaquín Galdós entre otros, buscarán sitios preponderantes en el escalafón.
Hasta que las “figuras” accedieron, queda pues despejado el panorama del porqué los emergentes se constituían en elementos incomodos como piedra en el zapato en los carteles de las diferentes ferias; vale decir, toreros emergentes en volandas Vs. toreros “figuras” a pie.
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