Este anuncio que insertamos en primera plana, no crean que es una broma. Es una necesidad. Lo hacemos a conciencia y tenemos interés, mucho interés, en que se encuentren. Podríamos, incluso, decir que se gratificará a quienes los encuentren.
Que vivimos una etapa de poco peso en cuanto a los toros y toreros, parece harto sabido y se confirma permanentemente en cada misiva que nos dejan nuestros queridos visitantes. Sin embargo, es de destacar el ansia, el anhelo con que todos los buscan y para ello se utilizan toda clase de reclamos.
De los toros, llevamos meses hablando de ello. Allá por las tierras americanas, nuestros corresponsales y cuantos se dignan dejarnos sus comentarios, insisten en reclamar EL TORO como el elemento necesario para que la Fiesta encuentre su cauce natural. Desde nuestras tribunas de opinión nos sumamos a ello con el mayor de los entusiasmos. Es más, solicitamos, exhortamos, exigimos que se ponga coto a tanta desfachatez como ha venido sucediendo tiempo acá.
De los toreros hablamos menos pero estamos en idéntica situación. Se podría utilizar la metáfora de que los que visten de luces, salen también al ruedo “desmochados y afeitados”. Y no es exagerar. De esa comodidad que da el toro chico, sin pitones y sin fuerza, se ha hecho ley y el que mas y el que menos sustenta su carrera con esa mentalidad. Lejos quedan los tiempos en que los toreros, si eran figuras más, se afilaban las garras pidiendo toros de ganaderías prestigiadas y enfrentamientos con compañeros con ganas de pelear. Hoy, el mayor deseo de cualquiera, es la comodidad.
Como si fueran adinerados ejecutivos, quieren basar su carrera profesional en asumir los menos riesgos posibles y lucir bonito en cualquier fiesta o circunstancia; si metrosexual o con glamour es igual. Lo importante es estar bonito y cautivar a cuantos solo se presten a admirar al personaje. Lejos queda aquella historia de admirar a los toreros por sus gestas. Claro que las gestas producían percances y estos darían gloria, pero restaban contratos donde cobrar. No deben ser muy compatibles la metrosexualidad y las cicatrices.
Hoy, en la era de Internet, que tan útil es para la información, los toreros quieren torear así: por Internet. Cómodamente instalados, sin padecer percance alguno y que llegue a todo el orbe. Si los éxitos son de papel o de pega, les da igual. Ya se encargarán algunos voceros de decir que aquello que realizó fue el no va más. Lo malo que ese Internet tiene ojos en todas partes, que hacen que llegue la información a todos lados. La época de los triunfos, -siempre eran triunfos en América- cantados a todo volumen se han acabado y hoy de cualquiera se saben sus penas y fracasos en pocas horas contadas.
Por eso se buscan toros y toreros, para poder cantarlos, pero de verdad, al mundo entero a través de Internet. Nada complacería más a los aficionados del globo, que oír sonar los tambores de los éxitos de clamor para esperar y exigir que esos toreros se lleguen a sus tierras y sus plazas para poderlos contemplar en directo. Ningún medio de difusión ha sido nunca tan eficaz. De momento está sirviendo para descubrir la mentira, el medio toro, así como los otrora cantados triunfos son fracasos ahora y sin posibilidad de ocultarlos de ninguna de las maneras.
Prueben y verán. Internet será la gran baza para quien quiera ser el amo de la torería. Los éxitos rotundos y ante toros auténticos se verán redoblados a través del eco cibernético de la red. Un torero que puede entrar en cualquier rincón si de verdad quiere ejercer de torero. Menudo amplificador de sus gestas será Internet. Sólo falta que den los pasos en la buena dirección. La época dorada del toreo está por llegar. O es que no les da vergüenza a los toreros de hoy, con estos medios que hay, de ser menos populares que aquellos Joselito y Belmonte, cuando los periódicos había que distribuirlos en bicicleta. No se dan cuenta que no aguantan la comparación.
Se buscan Toros y Toreros. Una vez encontrados, la Fiesta será más grande que lo que nunca ha sido. Sólo hay que probar. Merece la pena intentarlo. No habrá ni uno solo que quiera dignificar la Fiesta y, además, hacerse el amo. Mientras se encuentran, mantendremos el cartel de “SE BUSCAN TOROS Y TOREROS”.