Dios mediante, el próximo domingo 13 de los corrientes allí estaremos todos en Valencia, justamente, para reivindicar aquello que nos pertenece, el sagrado derecho de decidir libremente para defender aquello que nos gusta que no es otra cosa que la fiesta de los toros. Una fiesta que hasta hace “cinco minutos” jamás fue cuestionada por nadie pero que, unas corrientes devastadoras que quieren destruirlo todo, la fiesta está en ese objetivo maldito de unos mal nacidos que, llenos de odio y rencor, quieren acabar con la misma.
Tenemos que repetir esta imagen, pero corregida y aumentada
Nosotros, los aficionados, gentes de paz, orden, concordia y de respeto hacia todo el mundo, estaremos en Valencia para proclamar a los cuatro vientos nuestras ilusiones, para liberarnos de las ataduras que unos políticos apestosos y aberrantes han querido mutilarnos en nuestros derechos. Allí nos despojaremos de todo, sencillamente para que todo el mundo comprenda que somos gentes de paz, que no quemaremos autos ni contenedores, que no agrediremos a nadie, pero sí queremos que se haga notar nuestra voz, nuestras ilusiones y, como decía, hacer prevalecer unos derechos que sagradamente nos corresponden.
Fijémonos los derroteros por los que camina España que, lo que era lo más normal del mundo, ahora, como explico, tenemos que reivindicarlo; es decir, tenemos que combatir contra el enemigo, sencillamente porque somos aficionados a los toros. Es decir, el segundo espectáculo más popular del país nos lo quieren erradicar. ¡Hay que ser hijo de puta con ganas! Claro que, las madres de estos descerebrados no tienen la culpa de haber parido a hijos indeseables.
Todo hace presagiar que el día 13 de marzo en Valencia nos encontraremos aficionados de toda España para que se oiga nuestra voz, para que esos partidos políticos apestosos radicales de izquierdas y mal olientes comprendan que, siglos antes de que ellos nacieran, la fiesta de los toros se celebraba en España con toda normalidad, una fiesta que, más tarde, la extrapolamos a distintas partes del mundo como es público y notorio.
Si Dios quiere, en Valencia, estaremos por encima de políticos rastreros con ideas criminales; muy por encima de los antitaurinos que dicen defender a los animales pero que les sudan los cojones lo que pueda pasarle a los seres humanos indefensos, los que no tienen nada. Otra cosa sería si viéramos a los que están en contra de la fiesta de los toros, domingo a domingo, llevar una bolsa de comida a Cáritas para ayudar a los que no tienen ni lo más elemental, el básico alimento como supervivencia. Como explico, esa imagen a la que aludo no la hemos visto jamás.
Valencia será, el próximo domingo, la capital mundial por la defensa de lo nuestro, de algo que amamos y que no debemos de permitir que nadie nos robe, justamente, una fiesta que llevamos celebrándola durante siglos para que, ahora, unos criminales nos la quieran erradicar de nuestros corazones y nuestras vidas. Ya lo hicieron en Cataluña, como en algunas otras ciudades, sencillamente, porque ostentaron el mando unos miserables de izquierdas, los que han demostrado que aquello que a ellos no les satisface hay que erradicarlo de la sociedad en que vivimos.
Jamás habíamos sospechado que un día tendríamos que defendernos ante unos mal nacidos que nos quieren erradicar una fiesta hermosa como la de los toros; una fiesta que, además de tener un clamor popular es el sustento de cientos de miles de familias por toda España. Claro que, esto de que gracias a la fiesta de los toros viven cientos de miles de familias, a los mandatarios radicales le suena a cuento chino; ellos viven como reyes gracias a lo que algunos llaman democracia, un sistema que les permite vivir a tantos dictadores camuflados.
El próximo domingo nos encontraremos todos en Valencia, pero más tarde será en Madrid, sencillamente para que esa señora mal oliente que dice ser la alcaldesa de los madrileños porque Dios es un gracioso, vea y compruebe la magnitud de este espectáculo singular y único, sencillamente, el más cívico de los espectáculos del mundo.
Fotos: heraldo.es