La corrida celebrada en el día de ayer en Vistalegre nos conmovió a todos; no era para menos. Ver que toreaban dos hombres que pudieron haber perdido la vida en su momento; dos toreros grandes que se recuperaron tras sus gravísimas cornadas, eso es digno de mención. Verles, como explico, de nuevo en acción y triunfando, al menos en lo que a David Mora se refiere, es todo un acontecimiento. Loas de gratitud para ambos diestros que, para su dicha, todo el mundo ha cantado su hazaña.
Torería de la buena por parte de Chapurra
Como decía, iba detrás en el paseíllo, pero con ansías desmedidas por ser el primero. Me refiero a Enrique Martínez Chapurra que nos deleitó con un genial quite por verónicas al más puro estilo de su maestro Antonio Sánchez Puerto. Lógicamente, en la tarde citada, los protagonistas eran los diestros que tenían que lidiar la corrida; tampoco sé la categoría que los demás medios le habrán dado a Chapurra, pero de mi parte, como se comprueba, no me duelen prendas en resaltar lo bello de su torero con el capote, las fotos que publicamos lo dicen todo.
Lo dice el refrán y es muy cierto; una imagen dice más que mil palabras, lo cual viene a demostrar que las tres imágenes que publicamos de Enrique Martínez Chapurra, eclipsan nuestras palabras; atentos todos que, verónicas como las que interpretó este torero singular y tocado por la varita mágica del arte, no son nada corrientes entre la torería actual.
La verónica toma forma en las manos de Enrique Martínez
Chapurra se siente artista por los cuatro costados, aunque tenga que ganarse el pan por la vía del sobresaliente; pero es un cargo bello, sencillamente porque todo el mundo confía en él puesto que, de haber un percance entre los diestros actuantes –Dios no lo quiera nunca- Enrique Martínez está preparado para cualquier eventualidad; lo dicen sus hechos, su capote, su torería, su sentido armonioso por el arte.
¿Cómo es posible que la empresa de Madrid no cuente con él a este respecto? Y lo que todavía es más grave, que tras muchos años de matador de toros no le hayan dado la oportunidad de confirmar en Las Ventas su doctorado; le dieron cancha el pasado año a Leonardo San Sebastián, muy conocido en su casa a la hora de comer y, el torero que nos ocupa, como si de una maldición se tratare, le tienen postergado.
El sentimiento de Chapurra capote en mano
Recordemos que Chapurra entrena ocho horas diarias junto a su maestro, Antonio Sánchez Puerto, hace tentaderos, participa en festivales, amén de sus más de treinta actuaciones todos los años en calidad de sobresaliente que, en realidad, como ayer, sobresalió por encima de los propios matadores; es cierto que su función no daba para más, pero ahí quedó su sello inenarrable de su torería innata.
Chapurra es merecedor de mejor suerte, no lo digo yo, lo dicen sus acciones, lo canta su arte, su estética con el capote, su vida de torero que es digna de alabanza. Enrique Martínez, del barrio de Vistalegre de Madrid, torero por la gracia de Dios y buena gente donde los haya. Aunque muchos no lo quieran ver, estamos hablando de un torero, sí señor. Veamos las imágenes que mostramos y borremos todas nuestras palabras, están de sobra.
Fotos cedidas por el propio diestro.