Como digo, que Dios nos pille confesados ante todo lo que se nos avecina al respecto de la fiesta de los toros tras lo que han sido las últimas elecciones en que, dos bloques de izquierdas pueden cargarse la fiesta para siempre; es decir, con todas las trabas que le pondrán a nuestra maravillosa fiesta con tal de erradicarla de nuestra España amada.
Ya empezó todo con las elecciones autonómicas y municipales en que, cuatro desalmados, cuando ostentaron el poder, como único objetivo, éste no fue otro que atentar contra la fiesta más bella del mundo; una fiesta que, en el plano laboral, como sabemos, da trabajo a miles de personas por toda España.
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Claro que, eso de dar trabajo lo valoramos las personas que sabemos lo que es ganarnos el pan honradamente; las gentuzas que prometen lo que no tienen y mucho menos lo que nunca van a dar, eso son desaprensivos.
Los que serán los nuevos dirigentes de España, dos bloques de izquierdas si Dios no lo remedia que, como se comprobará, Pedro Sánchez, posiblemente, ostentará la presidencia pero, ante todo, siendo un monaguillo de Pablo Iglesias; es decir, será la imagen, pero todas las decisiones las tomará el tal Iglesias que, como él dirá, para eso le han votado. Quizás discreparán en algo ambos mandatarios, pero en lo que están totalmente de acuerdo es en la destrucción de la fiesta de los toros. Por ello, recemos, no nos queda otra opción. Confieso que, en el pronóstico que he dado quisiera equivocarme, nada me haría más feliz que errar; pero tampoco hace falta ser muy listo para acertar.
Esta izquierda radical que nos espera no es otra cosa que la fuerza del odio más exacerbado contra una fiesta que, como tal, proporciona millones de euros de beneficios para las arcas del Estado mediante el pago de sus tremendos impuestos a la que es sometida. O sea que, pese a lo que puedan pensar estos iluminados que nos gobernarán desde ahora, decir fiesta de los toros es hablar de muchísimo dinero para el Estado español; dinero que, como todos los impuestos, sirve para lograr un mejor bienestar para todos y en todos los órdenes.
Claro que, como dice un dicho popular, con dinero o sin dinero no tienen remedio mis penas. Y así sucederá con esta pandilla de “salva patrias” que mucho me gustaría nos contaran qué diablos tienen contra la fiesta de los toros para que les produzca ese odio ancestral que demuestran a diario. No es una cuestión animalista, seguro que no, es algo más profundo.
Esta fiesta, como seguro que les han inculcado a los partidos de izquierdas, viene bajo los auspicios de una dictadura, la falacia más grande que pudieran contarnos. Claro que, si de dictaduras hablamos, ellos, los de izquierdas, todos llevan un dictador dentro de su cuerpo. Ahí están las pruebas de lo que digo puesto que, en todos los lugares donde han tomado el mando las fuerzas de izquierdas, emulando el Frente Popular del año 1936, ahí están los resultados; el que no esté conmigo, está contra mí.
Como dije muchas veces, tenemos que seguir añorando a Felipe González como mandatario de izquierdas, pero respetuoso con la gente. González, en su liderazgo, jamás prohibió ni atentó contra la fiesta de los toros; ni siquiera cuestionó a la Iglesia. Ahora, dentro de cinco minutos ya no iremos a los toros, nada es más cierto; pero será todavía mucho peor, no podremos ir a las iglesias para escuchar la palabra de Dios puesto que, la única palabra que valdrá será la de Iglesias. Como decía, que Dios nos ampare que mucha falta nos hará.
Foto: Vertele.com