Estamos en Navidad. En esta semana se celebra la fiesta más universal, sinónimo de buena voluntad, y es el momento en que cada cual, cercano ya el final de año, hace balance de cómo ha sido y/o cómo le ha ido.
Al hacer balance de nuestro paso por OyT, y tras el año anterior en el que celebramos el 10º Aniversario, éste se ha llevado sin fiestas y sin celebraciones, pero con la misma intensidad en todo cuanto representa el seguir defendiendo, y exigiendo, que sea el Toro el que mantenga de verdad el protagonismo principal en la Fiesta. En eso, no nos hemos distraído ni perdido.
Un rayo de luz hemos visto con la presencia de algunos nombres nuevos, que han sonado con fuerza, y de los que se espera sean el relevo a tantos carteles repetidos hasta la saciedad en los últimos años. Ellos, Urdiales, López Simón, Roca Rey, Garrido, Morenito, Ureña… pueden refrescar el monótono ambiente de los carteles a los que hemos estado sometidos.
En cuanto a los toros, lo que más ha llamado la atención ha sido la buena temporada que ha echado Adolfo Martín, con bastantes toros que han alcanzado el éxito y han dado oportunidades a los toreros. Fuente Ymbro ha recuperado terreno y Pedraza de Yeltes se va haciendo hueco. Las ganaderías de las figuras se han portado ad hoc.
Yo he visto toros, al margen de la televisión, en España y Francia, de norte a sur, de este a oeste: Madrid, Valencia, Nimes, Arles, Bayona, por citar algunas plazas de importancia y por Alicante, Azpeitia, Antequera… por citar algunas otras de distinta categoría y que empiezan por la primera letra del alfabeto. En todas ellas pude ver cosas desde el punto de vista artístico, pero también muchas lagunas en cuanto al toro.
Triunfar en Madrid, se ha demostrado una vez más, no es sinónimo de funcionar para el torero que lo logra. Un asunto que tiene que estudiarse desde todos los ángulos. Qué se necesita para que ese triunfo tenga consecuencias positivas para el torero? Una vez más lo que se pone de manifiesto es el saber quién le apodera, esa es la primera de las cosas, ajena al mérito del diestro, que juega a favor o en contra. Morenito de Aranda es el ejemplo de la falta de contratos tras cortarle dos orejas de verdad a un toro en Madrid. ¿Los sociólogos podrían explicarlo?
La izquierda, no la que da los naturales, la política, se ha cebado con la Fiesta. Desde las elecciones municipales han hecho de las suyas allá donde se han juntado para gobernar. Parece una obsesión la que le han cogido al tema de los toros. La Coruña, Huesca, Ciudad Real, Alicante son algunos de los ejemplos de esa sinrazón, que ha llegado incluso a los toros en la calle; hasta en Madrid han tirado contra la escuela, quizá les ha faltado suficientes memoles para tirarse contra Las Ventas.
Tras de las elecciones generales, veremos qué suerte corren los toros, dependiendo de los pactos a los que se lleguen para ocupar el gobierno español. Un asunto tan sencillo e intrascendente como los toros, no puede ser el eje de los gobiernos de izquierda, como ha sucedido en los ayuntamientos, para que le dediquen tanto tiempo habiendo tanto que resolver, salvo que el odio sea tan grande que con tal de hacer sangre -esa de la que se quejan que se le hace al toro- al que sea contrario a sus ideas, sean capaces de hacer cualquier cosa.
Con el espíritu de la Navidad no va a ser suficiente Ojalá, aunque no lo creo, el espíritu de Navidad fuera capaz de corregir los malos modos e inundara de justicia, respeto y equilibrio la vida y los méritos de todos. A quienes así lo crean, les deseo Feliz Navidad.
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