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Este domingo, España enfrenta unas elecciones. Son muchas ya las que se han sucedido desde que recuperamos la democracia pero; ninguna tan potencialmente peligrosa como la actual.
Todos sabemos que una profunda crisis económica ha golpeado al mundo entero y estamos conscientes de que, tampoco España escapó de ella. El desempleo creció de manera alarmante, con las gravísimas consecuencias sociales que eso conlleva.
Es un hecho que un país en crisis, sea económica o política; es el caldo de cultivo perfecto para el “populismo”.
En América Latina el populismo más recalcitrante, se coló en los países donde la inmadurez o apatía política y los problemas económicos lo permitieron y las consecuencias; han sido y están siendo, devastadoras para la región.
Hablando del Ecuador, el país que más conocemos, puesto que vivimos en él; diremos que en nueve años de gobierno “populista” y, tras haber tenido la mayor bonanza económica de la historia ecuatoriana hoy ¡se vive un caos!.
Hoy el país tiene; ventas adelantadas de petróleo por valores y cantidades no del todo claras. Tiene miles de millones de dólares en deudas a tasas de interés altísimas.
Es el país con menos inversión extranjera de toda la región. Día a día se cierran empresas, otras; cambian sus plantas de producción a países vecinos con mejores y más claras condiciones laborales. Todo esto representa una constante pérdida de fuentes de empleo.
El Estado triplicó su tamaño durante la gestión de Correa, al extremo que Ecuador tiene; al momento, más ministerios y secretarías que Brasil. Todo esto ocurrió mientras el precio del dólar proveía al gobierno de, ingentes cantidades de dinero.
Pero la drástica caída de los precios del petróleo, ha puesto al gobierno de Ecuador entre la espada y la pared. Tras años de cerrar las puertas al sector privado, ahora vuelven sus ojos, desesperados; hacia la empresa privada a la que, gradual y constantemente han golpeado hasta el límite, con impuestos y cortapisas a su actividad y se encuentran con que; tampoco el sector privado, puede sacarles las castañas del fuego.
Toda esta debacle comenzó con “pequeñas” prohibiciones camufladas en mucha verborrea y poco condumio que, el pueblo ecuatoriano; absolutamente inmaduro en lo político, se tragó como rosquillas navideñas.
Las armas del populismo fueron, (en Ecuador al menos); la eliminación de las tradiciones, la destrucción persistente y solapada de las raíces de forma que; para cuando el pueblo comprendió que, entre “gallos y media noche”, el gobierno había destrozado sus tradiciones y sus raíces y que con ellas había perdido también, su libertad; ¡ya era tarde, el daño estaba hecho!
El “chivo expiatorio” para comenzar a destruir las tradiciones que son, una de las bases de la sociedad, fue la Fiesta Brava.
El inicio fue casi imperceptible, comenzó con la limitación de la transmisión de cualquier asunto taurino, a “horarios nocturnos”, lo que; impidió las retrasmisiones de las corridas de toros en directo, dejando de paso, sin empleo a todos los comunicadores taurinos de Quito.
Posteriormente se atentó contra la Patria Potestad, limitando el ingreso a las plazas de toros a niños mayores de 12 años y se intentó subir la edad mínima a 16, en franca contra-posición con la autorización gubernamental de que, los ciudadanos podrían votar en elecciones presidenciales, a partir de los diez y seis años.
Luego, cuando se necesitó una cortina de humo que les permitiera hacer cambios sustanciales a la Constitución de Montecristi, que apenas acabada de nacer; ya necesitó correcciones, pusieron a debatir al país entre: toros si y toros no.
¡Les resultó!, la gente no pensó más que en si toros o, no toros y el referéndum aprobó todo lo que quiso el gobierno central.
Luego vinieron los ataques, cada vez más frontales a la prensa de oposición, a cualquier periodista que osara expresarse en contra del gobierno. De esa manera, se aseguraron el silencio de la mayor parte de los medios de prensa y así, poco a poco y calladitos, sin aspavientos; han quitado al Ecuador sus garantías, su libertad, su derecho a decidir por sus hijos niños y adolescentes.
Hoy es un día de reflexión, es un día para meditar sobre el voto que daremos mañana. Los taurinos tenemos que pensar en lo que, aún antes de tener poder, están haciendo ya con la fiesta y los no taurinos, deberán quitarse la venda de los ojos y ver que las libertades que hoy quitan a la Fiesta Brava, mañana; serán contra la prensa, la libertad de elección, de asociación en definitiva, en contra de cualquiera que piense diferente.
El voto es el arma del pueblo en democracia, recuérdenlo antes de terminar teniendo “un candidato único, de un único partido” y vivir la tragedia de una dictadura disfrazada de democracia.
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