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Desde el preciso momento en que recibió la borla de matador de toros el pasado 19 de septiembre en Nimes – Francia de manos de Enrique Ponce y Juan Bautista Jalabert con toros de Victoriano del Rio y Juan Pedro Domecq cortando oreja en cada uno de sus ejemplares, el peruano Andrés Roca Rey a través de su apoderado José Antonio Campuzano no ha dejado de recibir ofertas para actuar en las plazas del mundo.
Escenarios taurinos de Ecuador, Perú, México, Venezuela y próximamente Colombia, pisará el limeño que cuenta con gran acogida dentro de los aficionados desde cuando marcaba diferencias como novillero.
Las ferias de Cali, Manizales, Medellín, Puentepiedra y muy posiblemente Duitama y Lenguazaque, tendrán la fortuna de ver y admirar un torero diferente por su juventud, inteligencia, carisma, firmeza, valor sin medida y practicante del toreo ortodoxo que cumple con todos los cánones de la más pura tauromaquia.
 Andres Roca Rey triunfa en todas las plazas donde se presenta
De novillero conquistó la afición de las plazas más exigentes en España y Francia entre otras, Madrid, Sevilla, Pamplona, Bilbao, Santander, Zaragoza y ratificará muy seguramente de matador de toros en el 2016, los triunfos obtenidos.
La primera presentación del peruano en Colombia será en la feria de Cali el domingo 27 de diciembre haciendo terna con David Fandila El Fandi y Posada de Maravillas con reses del hierro de Paispamba.
Revulsivos en la fiesta como Andrés Roca Rey son imperiosamente necesarios para mantener viva la llama en el orbe taurino, contando con la suerte de que le respeten los toros, pues el joven torero sin actitudes “ratoneras”, sale tarde a tarde a jugarse la vida sin medir consecuencias tal como sucedió días antes de doctorarse cuando en Villaseca de la Sagra (Toledo) fue herido en su muslo derecho con otras contusiones por un novillo de Flor de Jara que puso en riesgo la alternativa.
Es de ponderar la actitud de Roca Rey y otros espadas emergentes que en el 2016 pondrán a las “figuras” a arrimarse y a justificar los desbordados emolumentos que cobran por sus actuaciones discretas, tenues y desabridas.
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