Las pruebas de que nuestra “admirada” izquierda política destruirán la fiesta de los toros por completo, es una realidad que aplasta. Ya lo han logrado en muchos lugares de España, pero lo que no sospechábamos jamás es que una plaza tan representativa como Ciudad Real, en plena llanura manchega, como tantas, sería pasto del odio de sus dirigentes hacia la fiesta de los toros, hasta el punto de que con sus acciones la cerrarán por completo. Si eso les hace felices, que Dios les bendiga a todos.

La plaza de toros de Ciudad Real, como tantas, amenazada de muerte

Hemos podido saber del desencanto de Maximino Pérez, el empresario de dicha plaza que, para el año venidero le han retirado la subvención para la organización de la feria, apenas poco más de treinta mil euros, vamos, el chocolate del loro, pero que ayudaba al empresario en su apasionada gestión para que Ciudad Real no se quedara sin su feria de la virgen del Prado.

Pilar Zamora, la alcaldesa (PSOE) de dicha ciudad, apoyada por quien le ha puesto en el trono, Ganemos, han declinado toda ayuda que pueda favorecer al empresario citado; más que al empresario, a la propia fiesta de los toros en la capital ciudadrealeña.

Convengamos que, la partida que dicho ayuntamiento destinaba a la organización de su feria taurina, sin duda alguna, será más baja que el presupuesto que dicho ayuntamiento pueda tener para dietas y desplazamientos. Pero no es cuestión de dinero; es algo más profundo. Es el odio que sienten estas gentes por todo lo relacionado con la fiesta de los toros, la fiesta más ancestral de España, pero la que quieran destruir a toda costa.

Mientras no cambie el signo político de ayuntamientos y diputaciones, la fiesta taurina está condenada a muerte. La izquierda solo ha traído que hambre y miseria a la sociedad en que vivimos y, la prueba la tenemos ahora con la fiesta de los toros. Una fiesta que, al albur de la misma, en cualquier lugar de España, Olivenza podría ser un ejemplo, cuatro días de toros dejan más dinero en el pueblo que en todo el resto del año.

Ante lo dicho, la señora Pilar Zamora, será muy buena militante de su partido, eso no lo duda nadie, pero como gestora de lo que pueda ser una parte de la economía de Ciudad Real, pongámosle un cero puesto que no tiene ni repajolera idea de todo el beneficio que los toros pueden darle a su ciudad.

Si Dios no lo remedia, porque los políticos de Ciudad Real no lo harán, dicha ciudad se quedará sin feria y, lo que es más sangrante, además de herir el alma de los miles de aficionados manchegos que allí se congregaban, dicha actitud tan innoble como injusta, dejará al comercio y hostelería de la capital manchega en pura bancarrota.

Pero así es el mundo de la política; la de las izquierdas, claro. Lo que a ellos nos les gusta no existe, así de macabro como de real.

Maximino Pérez, loable empresario de Ciudad Real, quiso hacer el esfuerzo; que en realidad lo ha hecho en los últimos años y, él solo sabrá el dinero que le ha costado. Y, al final, para nada. No le quedará más alternativa que abandonar la nave. Una pena porque la gestión de Maximino es garantía de éxito, pero si no tiene el apoyo político, ni él ni nadie podrá lograr que Ciudad Real tenga su digna feria taurina.