La noticia en el mundo del toro, desde ayer, no es otra que la protagonizada por Curro Matola, el matador de toros ilicitano que ha emprendido un viaje a Madrid para pedir una oportunidad a la empresa; pero no es un viaje cualquiera, es un trayecto a pie desde su casa hasta Las Ventas, toda una aventura al más alto nivel que, quiera Dios tenga el fruto apetecido.

Como quiera que de cobardes nunca se ha escrito, es por ello que hoy hablamos de un valiente en toda regla que, enfundado en su traje de luces sigue su marcha por carreteras y veredas que, en unos días le llevarán hasta la catedral del toreo, justamente, la plaza de Las Ventas, la que ya triunfó Curro Matola como novillero y en la que quiere pedir una oportunidad para confirmar su alternativa y, como él dice, hacer temblar los cimientos del toreo.

Curro Matola frente a la plaza de toros de Villena

Ante el resultado final que le pueda deparar su aventura, el diestro asegura no tener prejuicios de ninguna índole. “Es una decisión muy pensada, muy meditada la que estoy llevando a cabo y, sin duda, de la que estoy convencido de que me escucharán” Ilusiones las tiene todas el muchacho que, sabedor de la dureza del camino, el que está recorriendo y el que le espera, sentencia el diestro: “Es muy difícil lo que pido, de sencillo no tiene nada, pero de no haberme movido, ustedes no estarían ahora hablando de mi”. Filosofía pura la del matador alicantino puesto que, si pretendía ser pasto de atención por todos los medios, con su actitud lo ha logrado por completo.

Claro que, lo que en realidad le mueve no es otra cosa que su convicción ante lo que quiere hacer, Curro Matola, como dice, no pretende engañar a nadie, se sabe capaz y quiere reivindicarlo. “He vivido sin vivir en estos últimos años y, de una vez por todas, si se me apura, quiero quemar el último cartucho; claro que, no hacerlo prendido si hubiera sido cruel de mi parte; alejarme para siempre sin intentarlo por última vez, sinceramente, era una cobardía por mi parte”.

Curro está fuerte y, lo que es mejor, al margen de la fortaleza de su cuerpo, es la fuerza de su mente, la paz de su alma la que le empuja para tal aventura de la que espera los resultados que hasta ahora ha soñado, torear en Madrid. “Allí triunfé, -refiriéndose a Las Ventas- por ello pido ahora esta oportunidad, para revalidar aquel éxito y para que todo el mundo pueda ver que no soy un iluso; que soy un torero, sin suerte, pero un hombre apasionado por la profesión más bella del mundo en la que, por poco que se me ayude, tengo muchas cosas que decir”.

Curro Matola, peregrino hasta Madrid; Las Ventas, su meta

Reza uno de nuestros refranes aquello de que de artistas y de locos todos tenemos un poco. Curro Matola, por su acción, posiblemente tenga ambas cosas dentro de su ser, pero juntas son el motor que le empuja para echar a andar, como iniciara en el día de ayer, en el bello camino que quizás pueda conducirle a la gloria.

Como el diestro nos contaba, en tan solo un día ha sentido la solidaridad de las gentes puesto que, en cada parada que hace, un alto en el camino, todo el mundo le agasaja y le ayuda, lo cual viene certificar la solidaridad que ha obtenido por parte de todo el mundo y, lo que es mejor, la admiración que produce en su largo peregrinar hasta llegar a Madrid.

Incluso, en su reivindicación por montes y valles que le conducirán hasta Madrid, Curro Matola se ha enfundado el traje de luces, toda una épica, una imagen bohemia que dará la vuelta a España a través de todos los medios de comunicación. “Pude hacer el trayecto, el duro camino, por ejemplo enfundado en un chándal, pero siendo torero, creo que el mejor ejemplo lo tengo que dar con mi traje de “faena”. Como usted dice, es incómodo, pero más incómoda es la vida si no se intentan los grandes sueños”.

Ante todo, el muchacho, Curro Matola, nos ha sorprendido a todos; propios y extraños nos hemos quedado todos anonadados ante su épica, lo que será su caminata más alucinante, llegar a Madrid desde su tierra alicantina. Le creíamos retirado para siempre y, nuestra sorpresa ha sido mayúscula. “Todos me creían retirado, incluso yo creía que se me pasaría la idea por ser torero, por ello me alejé un día, me cansé de luchar; pero la vida me ha demostrado que, posiblemente, mis sueños se durmieron durante un tiempo, pero que he despertado con la ilusión de seguir soñando, pero ahora para llegar a despertarme con la esperanza de lograr un contrato en Madrid para el año próximo”.

Toda la suerte del mundo para este hombre apasionado que, fiel a sus principios, a sus convicciones tan particulares, ha emprendido una aventura apasionante y, ante todo, ha logrado su primer deseo que todo el mundo nos hagamos eco de su caminata hasta Madrid. Por su actitud, la suerte debería de sonreírle y, a su regreso hasta Alicante, Dios quiera que se traiga ese contrato firmado para el año próximo.

Fotos: Diarioinformación.com