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Desde que, los seres humanos fueron capaces de estructurarse se fundieron primero: en grupos, luego en villas o poblados, mismos que, con tiempo se convirtieron en ciudades. Y más tarde, las ciudades se unieron y formaron países.
Las pequeñas tradiciones de los primeros grupos étnicos fueron absorbidas por las que se formaron en las villas, pero; estas a su vez, fueron transformadas cuando se estructuraron en ciudades y sin lugar a dudas, pasaron por nuevos cambios cuando, se fundieron en países.
Esta es la historia de la humanidad, historia que en los últimos tiempos está siendo, absurdamente cuestionada desde varios sectores políticos en distintos puntos del planeta.
Los avances tecnológicos en comunicación han convertido el planeta tierra en un “pañuelo”. Hoy en día, sabemos todo del mundo entero y en minutos, eso siendo como es, una maravilla “per se”, también representa un gravísimo problema de identidad; especialmente cuando, hablamos de países que no tienen convicciones fuertes y orgullo auténtico por las raíces que los forman.
Todo país en este mundo ha tenido invasiones o ha invadido a sus vecinos, cada civilización importante de la historia ha sojuzgado a pueblos que se sometieron y ha sufrido guerras cuando no ha permitido a otros que lo sometan. Los países, a lo largo de la historia han cambiado sus fronteras infinidad de veces; se han aliado y peleado con unos y con otros.
Ese proceso ha fundido tradiciones, costumbres e historias hasta formar el mundo en el que hoy vivimos. Lo que equivale a decir que, desde tiempos remotos el mundo ha sufrido una “globalización” paulatina que, ha dado como resultado el planeta en el que vivimos.
Muchos países han sido capaces de guardar con celo y admiración los legados de sus mayores, sus culturas, sus creencias, sus tradiciones y eso; es simplemente admirable porque, han sabido “encajar” en el complejo rompecabezas de los tiempos modernos, guardando celosamente su propia identidad.
Desgraciadamente, la globalización creada por la prontitud de la comunicación actual, está causando que muchos otros países, no “sientan” sus propias identidades y se dejen embaucar por cantos de sirena.
El dictador de Cuba, (mal llamado presidente), envió hace algunos años una carta de “direcciones” a un aprendiz suyo; Hugo Chávez y ese militar, llegó al poder y la puso en práctica punto por punto. ¡Demás está apuntar el estado de hambre, miseria, restricción de libertades y caos interno en el que está Venezuela!.
No podemos avalar pruebas físicas que confirmen que, la misma carta de “la momia de la Habana”, haya llegado a otros países de América Latina, pero; no es difícil ver que todos aquellos pseudo socialistas, denominados del siglo XXI, han seguido, escrupulosamente los lineamientos que Castro le enviara, en su día a Chávez, hayan o no, recibido la dichosa carta.
Argentina parece ser, que logrará romper esas cadenas de desprecio absoluto a las costumbres, a las tradiciones, a las libertades, a la dignidad de su gente. En unos días se celebrará la segunda vuelta electoral y, hay posibilidades de que el gigante dormido del sur, despierte de su letargo y vuelva a su senda de libertad y desarrollo.
El mundo entero mira con estupor la flagrantes violaciones a los derechos humanos, a la libertad de prensa, al derecho a la vida queviven países como, Venezuela y Ecuador. Parece ser que por fin han visto la tragedia venezolana y comienzan a presionar a su “dictadorzuelo”, a retomar caminos de libertad y bien común.
Pero, la comunidad internacional está ciega y muda con respecto a Ecuador. En ocho años de gobierno del socialismo del siglo XXI hay más de veinte muertos de los que, el Estado debería responder. La libertad de prensa se perdió hace mucho rato, el caos económico aún no está siendo sentido por su población en la magnitud en la que debería, pero; el hambre llegará al país y con ella, las consecuencias sociales de la, cada día más evidente crisis económica.
En ambos países, Venezuela y Ecuador; la debacle se inició rompiendo tradiciones ancestrales, destruyendo las raíces que los habían mantenido como “pueblo”.
Ambas naciones vieron con sorpresa cómo, todo aquello que formaba el “ayer” que había forjado a su “hoy”, era desprestigiado, borrado o aniquilado y, tristemente ninguno de los dos comprendió que, ¡ningún ser vivo puede vivir sin raíces, que son las raíces las que lo alimentan y mantienen vivo!.
Romper las raíces que nos unen con el pasado nos lleva a un estado de perplejidad que permite a los gobernantes “hacer y deshacer” a su antojo, porque, sin la atadura del pasado, somos simples plumas volando en el viento del presente.
Estamos conscientes de que esto parece más un artículo político que, uno taurino y nos explicamos:
En Venezuela y en Ecuador, los ataques a las tradiciones, a los vínculos ancestrales con la “madre tierra”, con esa España ya lejana en América; comenzaron por la Fiesta Brava, por la Tauromaquia y, desde este Ecuador que sufre los destrozos producidos por esa “nueva moda” política, vemos con pavor cómo, España está dejándose seducir por los “cantos de sirena” de personajes que, han sido copartícipes del caos que vivimos, asesorando a los gobiernos de ambos países.
Nos resistimos a pensar que esa España tan amada, pueda dejarse convencer por personajillos de opereta que, son incapaces de nada que no sea destruir, arrasar y destrozar, más si todo ello les reporta buenas “perras” en los bolsillos.
¡Qué España, en sus próximas elecciones; tenga más cabeza que Venezuela y Ecuador!
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