Si el empresario de la Monumental Plaza de Toros México y sus jefes, insisten en suponer que el público es tonto y sólo va a divertirse… está en un error. Y si también cree que el lector acepta lo que dice la prensa al servicio de mal sanos intereses… también está en un severo error.
El público de los toros posee una maravillosa intuición para saber entender de las grandes faenas que se producen ante la irrebatible verdad de un auténtico toro, así como de exigir respeto cuando se le está engañando.
Es por esto que la prensa tiene un papel importante, lástima que en México… mientras existe una prensa honesta compuesta por muy contados periodistas que conocen la dignidad, el respeto y la honestidad; lo demás está invadido en una mar de mentiras como por ejemplo, los locutores que se pasan justificando los engaños, a pesar de que las imágenes demuestran lo contrario.
El pasado domingo 9 de enero, en la transmisión de la corrida que seguramente usted verá en España, lector amigo, trataron de confundir unos de esos locutores a los televidentes mexicanos, cuando los pocos aficionados que asistieron al coso mayor del mundo, acaso unos 2 mil, en conjunto… tras la salida del quinto de la tarde exigieron su devolución por lo impresentable del bovino.
Y a pesar de esto, se pasaron diciendo que "era un toro chaparro", pero que tenía más trapío que el cuarto, en lugar de haber hecho notar que se notaba una escandalosa sospecha de manipulación de las astas de los anteriores, y que apenas arañaban los 4 años. Imagínese usted lector amigo, a los cronistas que en lugar de fundamentar la verdad, trataron reprobablemente de justificar el engaño. Eso... ¡no puede ser!
Tal es el grado de la preparación que poseen, que alguno de estos locutores, en sus aburridas e ilógicas entrevistas… hasta resucita muertos. Un día se le presentó al escritor Ignacio Solares y exclamó: "¡Maestro Rafael Solana es un honor saludarlo!". Sólo que se le olvidó que el maestro Solana tenía 10 años de muerto.
En estos altibajos… más bajos que altos, se desenvuelven las transmisiones de las corridas desde la Plaza México. De la prensa escrita, salvo los que escriben en el periódico La Jornada, los demás… no se pueden leer.
¡Qué pena!... que en lugar de caminar con la frente en alto, tengan que deambular recordando que están sometidos a las imposiciones del mejor postor, y por eso tienen que engañar. No obstante, lo peor -si es que existe algo peor- es que ya es su forma de vivir, e igualmente creen que el público es tonto y acepta todas sus mentiras.
Ya les hemos hablado del señor Lazo del diario Esto, y haciendo eco a los comentarios escritos que aparecen después de ese artículo por nuestros lectores, también deberemos agregar a Soto.
No obstante, existe otro -entre los muchos que hay- que, hasta en sus escritos en el diario La Afición… se ha llegado a poner el "título" de cronista taurino internacional (cti), aunque la sabia conseja popular, le ha impuesto el mote de: corrupto taurino internacional.
Todo deriva del hecho de que un día, según se cuenta en España y en Sudamérica, cuando el diario en el que colabora, después de ser adquirido por el Milenio, y ante la angustia de un eventual despido, una vez en la Madre Patria, en una comida que le organizan anualmente a un cronista español con el que transmite vía radio para la Península, le pidió sacar una fotografía entregándole una charola para que la publicara en su columna.
Así -continúa el relato de algunos de los que asistieron al "emblemático"... acto-, el copado locutor hispano, tomó la charola que tenían en la mesa -la que acompaña a los platos del servicio- en donde estaban comiendo, y simuló entregarle un reconocimiento, que en la realidad… no existió.
De ahí nació tan noble y falso título, así como la fotografía que se exhibió.
Luego se han comentado en muchas partes donde llega sus "aventuras taurinas"… sus exigencias para el pago a sus emolumentos, tanto a poderosos personajes de la torería como... ¡hasta los propios aficionados!
Como, por ejemplo, según se comenta... de una exagerada cuenta en Aguascalientes que tuvo que pagar un ganadero; o igualmente se dice... el cobro de un artículo por allá en Teziutlán al presidente de una peña taurina. O cuando, según trascendió de manera escandalosa en Madrid el año pasado, que parece le exigió a un torero joven mexicano… le diera algo así como 4 mil euros, y como no pasó nada… a lo mejor por eso no aparece tan seguido en sus elogiosos escritos.
Esa es la prensa que tenemos en México, que ha sido criticada en todos los listados taurinos por el respetable, que se critica en todas la tertulias y en todas partes en donde se reúnen los aficionados; y sin embargo, a pesar de que los directivos están enterados del hecho… no hacen nada.
Pero si algunos empresarios… algunos toreros, algunos ganaderos y demás parte importante de los actores de la fiesta… suponen que el gran público no está enterado de esto, están seriamente equivocados.
Por eso han sucumbido las secciones taurinas en los periódicos mexicanos.
Al no ser leídas… no venden anuncios, y por eso los actuales editores no les toman ninguna importancia.
Es por eso que se hace necesario que todos los aficionados… todo ese océano de maravillosos lectores, protesten y escandalosamente en todas las redacciones de los periódicos mexicanos, exigiendo que los responsables de las secciones taurinas escriban una verdad sin compromisos, y si no pueden… que sean cesados, para que una pluma seria y honesta ocupe su lugar.
El público no sólo dijo ¡Ya basta!, al empresario de la México, se lo ha dicho a toda esa cauda de mercenarios de la pluma taurina.