Por mucho que nos empeñemos en buscar soluciones a los problemas que atañen a la fiesta de los toros y, dentro de la misma, su propia idiosincrasia, todo sigue igual, es decir, más de lo mismo. Pocas cosas logran sorprendernos; todo discurre como sus organizadores planean y, nada que hacer. Por ejemplo, en el plano artístico, ¿qué pinta un tal Rivera Ordóñez en los carteles de tronío?
Ese hombre, como pudimos ver en Alicante, el pobre ya no está para nada; y mira que ha entrado en los carteles de lujo, es decir, en corridas para figuras; suerte que tengas que el saber poco te vale, pero ese chico, como explico, no está nada más que para las revistas basuras y los programa de TV donde la gente quiere evadirse de sus propias miserias. Mala cosa será que para olvidar uno sus desdichas tenga que refugiarse en la vida privada de Rivera Ordóñez.
López Simón aprovecha bien la oportunidad que le han dado. Que sigan
Sí se queda uno de piedra ante un hecho como el de ayer en Istres, algo muy significativo. A saber. Por lo que hemos podido saber y, sin duda, deducir, todo está clarísimo. Fijémonos que, por fin, ponen a López Simón en una corrida en dicha plaza, justo con un festejo de figuras y, el diestro de Madrid acabó con todos; cuatro ojeras y un rabo. ¿Qué quiere esto decir? Que con semejantes ganaderías, a los que ahora tienen sentados, si les dieran una oportunidad de vez en cuando, cambiábamos el escalafón en cinco minutos. No es tan difícil, es cuestión de querer.
Claro que, para voluntad la que puso El Fandi en Alicante con un animalito de Zalduendo, la ganadería que ha comprado el magnate mexicano. El diestro de Granada, como viene siendo habitual, es el rey de los sorteos; si todos los toros son buenos, los excepcionales se los lleva él. La gente, llena de ignorancia, pidió el indulto; yo quiero pensar que se referían al diestro porque, pobre toro, se fue al otro mundo, molido a derechazos; ni siquiera tuvo la gloria de haber sido toreado como sus condiciones demandaban. Como siempre dije, hay toros que no tienen suerte en el sorteo.
¿Qué hace Finito en los carteles? Cuidado, no hace falta ser muy listo para concretarlo. El hombre no puede, pero está apoderado por el productor más importante del mundo que, para abrir carteles le viene como anillo al dedo; no protesta, no molesta, no triunfa, parte plaza y, tanto para Simón Casas como para los compañeros que forman terna con Finito, se lo pasan en grande. Simón Casas, con Finito de Córdoba tiene un comodín para sacarlo cuantas veces quiera y lo que es mejor, hará uso de él porque para eso se lo ha “comprado”.
Un animalito de los que lidian las figuras, Domingo Hernández por cierto, le endilgó un revolcón ayer a Morante en Istres, Francia. ¿Qué pasó? Nada porque esos animalitos, adiestrados para todo, si cogen a un torero no es para hacerle daño, yo diría que fue Morante el que cogió al toro; no lo he visto pero lo presagio. Claro que, como Morante no admite bromas de esos animalitos, salió de dicha plaza abroncado. Si alguien tiene alguna duda de lo que digo al respecto de la “santidad” de esos animalitos, al final de la temporada que repasen todos las cornadas y verán que, los toros de las figuras no han dado ni el más mínimo rasguño.
También ocurrió en Francia el pasado sábado. Un torero postergado en España como es Curro Díaz, cada vez que acude a una plaza francesa borda el toreo, es decir, deja una huella imborrable. Buena cosa es que a toreros tan artistas como Curro Díaz, en el peor de los casos, les quede Francia como bastión importantísimo. Sin duda alguna, en tierras galas la justicia sigue haciendo acto de presencia junto a los toreros porque, como sabemos, el que allí triunfa, repite. Ante ello, ánimo Curro Díaz, no todo está perdido, nos queda Francia, como a Bogard le quedaba París, sí señor.
Foto: Agnès Peronnet