La corrida de ayer resultó ser muy engañosa; yo diría que un engaño total. Sí, porque se anunció una corrida para figuras sin la presencia de las mismas y eso resultaba sospechoso; las sospechas, al final del festejo se hicieron realidad. Es cierto que, aparentemente, antes del festejo, quizás en el momento de la firma del mismo, Diego Urdiales e Iván Fandiño se frotarían las manos de felicidad al verse anunciados con una corrida de Victoriano del Río, dígase los bombones con las que se endulzan las figuras y, seguro que les costaría trabajo creer lo que les estaba pasando; les estaban dando un gran regalo, claro que lo que ellos no sabían era que dicho regalo estaba envenenado. Ayer, así se demostró.

Victoriano del Río trajo la moruchada infame para la desilusión de los diestros y, para mayor desdicha, el único toro que valía le tocó a El Fandi, sencillamente, para que el diestro granadino lo moliera a derechazos.

Fracaso en toda regla que nada impedirá que dicho diestro esté en todas las ferias. Nadie le tomó en cuenta y, lo que es peor, ante su segundo, en el que se inhibió por completo, los aficionados, apenas le abroncaron. Ya no quedan, a estas alturas de la feria, ni ganas de bronca. Hasta en eso ha decrecido el ánimo de Madrid, en no tener ni alientos para la bronca.

Como explico, la trampa era para Fandiño y Urdiales que, con semejante “material” apenas nada pudieron hacer salvo mostrar su tremenda voluntad. Para Fandiño mucho peor; yo diría que igual de catastrófico para Diego Urdiales.

¿Y ahora qué hacemos parece decir Fandiño?Sigue rezando... contesta su apoderado

Iván Fandiño que se marcha de Madrid, de momento, habiendo matado diez toros sin lograr triunfo alguno, justo era eso lo que el taurinismo quería. Veremos ahora dónde torea. Vemos por ahí decenas de carteles en todas las ferias y el nombre de Fandiño no aparece por lado alguno.

Recordemos que Fandiño es el torero que más orejas ha cortado en las plazas de primera en los últimos años, incluido Madrid, claro. ¿De qué le ha servido? Nadie podría responder dicha pregunta. Lo que sí está claro es que el taurinismo ha logrado su propósito, apartarle de la circulación. Quiso hacer el gesto de los gestos sin ser figura, se le fue un pie y cayó de golpe al precipicio.

A Diego Urdiales le queda una corrida de Adolfo Martín para poder alcanzar el triunfo. Estoy seguro que, si el de Arnedo logra triunfar ante dichos toros, algo que es muy probable, tampoco le servirá de nada. ¿En qué feria vemos anunciado a Urdiales? Vamos que, tras este festejo aludido, hasta que llegue Bilbao, Urdiales no se viste más de torero.

Como explico, el poder establecido en los estamentos del toreo, ayer lograron su objetivo, arrinconar a dos grandes toreros, Diego Urdiales e Iván Fandiño. Saborearon los bombones, pero como quiera que estaban envenenados, tardarán mucho tiempo en reponerse de dicha “enfermedad”.

Foto: Muriel Feiner