S.I.15.- Una corrida de Victoriano del Río en el día de hoy, lo que supone un doble encierro en la feria; la otra para el día de la Beneficencia con Juli y Perera en el cartel. Una forma de hacer caja el ganadero y la empresa. No resulta creíble que hoy se haya pagado lo mismo por este encierro, que es de los caros, como se va a pagar el próximo día tres. Es fácil deducir que para el cartel de hoy la empresa no necesitaba ponerles delante de esta ganadería, salvo que le resultara muy económico.

Conclusión: Una tarde de mosqueo. Dos toreros, Urdiales y Fandiño, a los que se les quería ‘premiar’ con el nombre de la ganadería, pero que me perdonen ambos pues se les ha aplicado el ‘no está hecha la miel para la boca…’ Así que lo que se podía llamar suerte por matarla se convertía sin duda en una pregunta ¿suerte?

Y es que la suerte siempre hay que tenerla, aunque muchas veces eso que llamamos suerte tenga nombre y apellidos. Los de aquellos que te colocan en una situación u otra. Que existe la suerte es cierto y cada mañana en los sorteos de los toros se pone de manifiesto. Hoy mismo esa suerte ha favorecido a quien menos la podía aprovechar: El Fandi. Doble suerte para él, le apodera la todopoderosa casa Matilla y, además, le toca el único toro que ha embestido, en lugar de topar, en la tarde. ¿Que cómo ha estado con él? Entre mediocre y vulgar elijan ustedes lo que les parezca bien.

Y sigamos con la suerte. El granadino está anunciado en todas la ferias, incluido San Isidro aunque no diga nada aquí, mientras sus compañeros necesitan del triunfo si o si para abrirse huecos. La suerte juega un papel importante, pero mucho más lo es el estar bien arropado por alguien con poder. Eso hará que si no es en una tarde sea en otra donde el lote te favorezca para poder seguir diciendo que triunfas.

La ortodoxia de Urdiales no ha sido suficiente para que le acompañara la suerte

De todos modos, y refiriéndonos ya a Diego Urdiales o Iván Fandiño, hay favores que ayudan muy poco. Al riojano y el vizcaíno ya les pueden decir que les han puesto con una ganadería de garantías, que llevan cuatro toros y que no han funcionado. También se lo podríamos decir, y con mayor motivo, a Perera, Padilla, Fandi…, pero ellos no necesitan nada mas que una de las suertes, la otra ya la tienen. Repetirán en todas las ferias con las ganaderías de postín y, tarde o temprano les sonará la flauta del éxito.

En el día de hoy, el de Arnedo y el de Orduña, se han enfrentado a ganado de desecho, algunos con el tiempo justo para no poderse lidiar en plaza de toros alguna, lo que viene a significar que ha sido un saldo que servía los intereses citados, ganadero y empresa. Que a los dos diestros se les ponen las cosas difíciles, mucho mejor para quienes se liberan de la obligación de anunciarles por un lado y de pagarles un alto caché por otro. Asunto resuelto, no sea que se vayan a engallar estos dos diestros que gustan bastante más a los aficionados que aquellos que ocupan el privilegiado lugar de las figuras.

Dolía ver cómo Urdiales intentaba torear bien y de verdad aquellos toros cuya mejor cualidad y calidad eran los rabos que mañana podrán comerse en Casa Toribio. No perdió la fe el de Arnedo intentando que pasaran por el fielato de su muleta, pero todo fue en vano. Al final, y tras este mosqueo de ponerle con lo llamado comercial, veremos al mejor Urdiales el día de los toros de Adolfo Martín.

Un poco mejor lo pasó Fandiño, aunque no mucho mejor, con su lote, pero a pesar de su esfuerzo nada resultaba brillante, a excepción de la estocada a su primero. El de Orduña, aún recuperando parte de su moral en este San Isidro no lo ha podido rubricar con un triunfo claro.

La suerte es necesaria siempre, que le pregunten a Castella que se ha llevado dos de los tres toros buenos de la feria, pero tienen muchas más opciones quienes juegan más números. Para Urdiales y Fandiño se han acabado los números, solo les queda su valer y capacidad, y como no les vemos anunciados en ninguna feria, es cuando hay que preguntarse ¿suerte?

Foto: Muriel Feiner