Como consecuencia de la abolición de la corridas de toros en le región de Cataluña en 2012, se convirtió en moda prohibir las corridas de toros.
Gran parte de los antitaurinos nacieron a raíz de aquel decreto. Creen firmemente que en esa provincia española quitaron las corridas por protección a los animales. ¡Nada más falso! La prohibición tuvo origen meramente político, la prueba es que en Cataluña se siguen realizando espectáculos en los que se castigan y se matan reses, aunque éstos no son como las corridas de toros que conocemos.
Justamente ese fue el meollo del asunto, el rencor de algunos catalanes contra todo lo español, evidentemente contra la fiesta nacional española. ¡Caramba!, si hasta pensaron en separarse de España.
El origen de la tauromaquia no es reciente. Nadie puede afirmar que la fiesta de los toros fue un espectáculo inventado.
En Creta, hace cuatro mil años, se realizaron algunas suertes con los toros.
El inicio de la fiesta de los toros como la conocemos actualmente tiene origen bélico. Fue en España durante la invasión árabe (711-1492) que los caballeros hispanos y moros se mantenían en condición física peleando contra los toros. Alanceaban reses, es decir, montados a caballo se defendían con lanzas cuando el toro les embestía.
Terminada aquella invasión, la nobleza hispana siguió alanceando asistida por la servidumbre quienes usaban sus capas para auxiliar, ya cuando se requería que pusieran al toro cerca de la cabalgadura o cuando el caballero era derribado.
Así fue como nació el toreo a pie. El capote que actualmente usan los toreros, no fue invención, era parte de los atuendos de la época.
Nos guste o no, los españoles nos impusieron religión, idioma, numeración, entre muchas cosas más. Pudieron conquistarnos los ingleses o los portugueses, quizá nos pudo ir peor.
Una de la serie de 23 estampas sobre tauromaquia pintada por Goya en 1826
La conquista se consuma en 1521. Pocos años después celebraban el acontecimiento con fiestas. Una de esas fiestas fue la corrida de toros. Por tal motivo la primera corrida en la Nueva España, por decreto virreinal, se realiza el 13 de agosto de 1529. Durante una buena cantidad de años se realizaron aquellas celebraciones.
Sin embargo, se sabe que el 24 de junio de 1526 fue la primera vez que se corrieron reses en lo que ahora es nuestra patria, fue en honor a Hernán Cortés quien regresaba de un viaje de Las Hibueras (Honduras).
Otra cuestión que refleja tradición son los reglamentos taurinos.
Las reglas para los deportes son dictadas por sus respectivos directivos. Los reglamentos taurinos, en cualquier parte del mundo donde existe la tauromaquia, son expedidos por los gobiernos federales, estatales, municipales, comunitarios, legislaturas, delegaciones federativas, etc., pero siempre por el gobierno.
¿Se ha preguntado usted la razón? Por qué no existe, por ejemplo, una “fifa taurina”.
Sencillamente por pura tradición. En recuerdo que el Rey en turno hacía y firmaba los reglamentos de su época.
El actual Reglamento de Espectáculos Taurinos de la ciudad de Puebla está comprendido en el de espectáculos, el capítulo 13 exclusivamente trata de la tauromaquia del artículo 493 al 600; desde luego, fue publicado en el periódico Oficial del Estado de Puebla. El reglamento del Distrito Federal está firmado por Ernesto Zedillo cuando fue Presidente de la República, publicado en el Diario Oficial de la Nación.
Existe quien considera que las corridas de toros deben prohibirse. Están en todo de su derecho que no les agrade. No obstante, su gusto no es motivo suficiente para que pidan la prohibición. El mundo tiende a ser cada vez más plural, más tolerante, más respetuoso, tiende a no prohibir.
Quienes amamos la fiesta brava la vamos a defender. Con tanta historia y tradición no se pueden quitar las corridas de toros por puntada de unos inconformes o por vulgar populismo de algunos políticos.
Prohibido prohibir.