Hace once años comenzó nuestra aventura informática en aras de la información taurina que, para nuestra fortuna, es ahora una bendita realidad por todo el mundo. He de confesar que, el nacimiento de Internet nos valió para la culminación de los que eran nuestros sueños puesto que, tanto Antolín Castro en funciones de director, como el que suscribe, ambos soñábamos con tener un medio informativo para contarle al mundo nuestra particular forma de entender el periodismo taurino, siempre, aferrados a la verdad, que solo la propicia el toro auténtico y el toreo verdadero.
¿Cómo lo haremos? Esa era la pregunta a la que le encontramos la respuesta en el acto. Sabedores de que en el mundo periodístico taurino hay más miserias que dentro del propio mundo de los profesionales de los toros, no dudamos en eliminar la parte crematística del asunto; es decir, todos trabajaríamos por amor a esta bendita fiesta. Más de uno nos miraba como locos; es más, tampoco faltó el que pronosticó que moriríamos al día siguiente. Pero lo que el mundo no sabía era que, dentro del mismo, en cualquier parte del globo terráqueo, quedaban románticos que nos secundarían y, pasado el tiempo, la prueba es fehaciente; más de cincuenta personas formamos parte de este equipo de gentes ilusionadas que, por el precio del amor somos capaces de contarles la verdad.
Opinión y Toros hoy ya es una marca: OyT reflejado en su hierro
Sin pretenderlo, todos firmábamos nuestra seña de identidad al rechazar por completo el vil metal; ni publicidad, ni sobres de los taurinos, ni favor de ninguna índole puesto que, lo que entendemos como nuestra verdad está por encima del bien y del mal. ¿Lo duda alguien? Es cierto que, primero nos tacharon de ignorantes, ahora de locos; pero nada importa. Las gentes más honradas que pudiéramos imaginar a lo largo de todo el mundo, firman en nuestro portal. ¿Cabe dicha mayor? Es el todo.
Nuestro orgullo no es otro que nuestra verdad, la que proclamamos ante el mundo; la que difundimos para el gozo y disfrute de los aficionados que, sabedores de cuanto digo, se cuentan por miles y miles los que siempre nos visitan. Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Si digo, como es preceptivo, que de haber tenido que vivir sometidos jamás hubiésemos dado el primer paso.
Nos consta que muchos medios profesionales enloquecen cuando contemplan nuestras actitudes, nuestra manera personalísima de contar las vivencias del mundo de los toros; y lo hacemos, como decía, desde cualquier confín del mundo porque en cada lugar, por recóndito que esté, allí hay un hombre nuestro; o una mujer, nada importa salvo la honradez de todos.
Mientras todos les cuentan las noticias, nosotros les contamos la verdad; mientras los medios viven aferrados al poder taurino, nosotros, libres como el viento, decidimos por nosotros mismos; es decir, todos sueñan tener un amo para poder vivir de él. Nosotros, como es evidente, somos dueños y señores de nuestro destino, por tanto, no tenemos que rendirle cuentas a nadie.
Aquí tiene cabida todo el mundo, desde el más grande, -a Morante lo entrevistamos en su momento- hasta el más humilde. No nos importa el hecho de que un torero sea rico o pobre, lo único que nos importa es que sea TORERO; y así, con todo el mundo. Lo dicho, como quiera que aquí no existe el dinero, de ahí la total libertad que promulgamos. ¿Puede alguien equipararse a nosotros? Lo dudo. Pero a su vez afirmo que, las crónicas nuestras, tan apasionadamente escritas para los aficionados, nada tienen que ver con las letanías que los demás cuentan, sencillamente, para llevarse bien con la torería andante y, a poder ser, gozar de sus privilegios.
Decía el maestro Facundo Cabral que, para ser libres y felices, la única manera era andar ligeros de equipaje; es decir, olvidarnos del vil metal, algo que le hicimos caso desde el primer día que nacimos, de ahí nuestra libertad y, sin duda, nuestra felicidad. Y lo más grande de todo no fue otra cosa que, además de en España, en todas las partes del mundo encontramos a la persona idónea que, aferrada a nuestras ilusiones, querían compartir sueños con nosotros. Las pruebas son evidentes.
Una vez más, gracias a ese elenco hermoso de seres humanos, hombres y mujeres que, esparcidos por toda la faz de la tierra, soñadores como nosotros, aficionados cabales, plumas de altísimo nivel, literatos muchos de ellos, incluso artistas de altísimo nivel, entre todos formamos parte de este equipo de “locos” que, sin duda, hemos calado en el corazón de los aficionados, algo que tampoco es tan difícil, aunque muchos, por tener un amo, tanto se les complica.
Está claro que, cuando se es capaz de trabajar por amor y todos nos olvidamos del dinero, la recompensa la teníamos asegurada. El que quiera puede seguirnos, el camino sigue siendo para todos y, si se es capaz, en dicho camino garantizo que allí hemos encontrado la verdad.