Estando próximamente la celebración de la fundación de la ciudad de Lima, cuya fecha se remonta al 18 de enero de 1535, aquella vez fue con la denominación Ciudad de los Reyes, pero la zona del valle del río Rímac que era conocida por los indígenas como Limaq, nombre que adquirió con el tiempo la fundada villa y que fue la capital del Virreinato del Perú, tal vez la más extensa e importante ciudad de América del Sur durante la conquista española, con el tiempo y posterior a la emancipación, es la capital de la República del Perú.

Palacio Torre Tagle, actualmente es el Ministerio de Relaciones Exteriores
Lima de antaño ¿Cómo te extraño?Recordar la ciudad de Lima de los años sesenta, aquella que recuerdo de niño, correteando por el Paseo Colón donde viví dos décadas, aquel parque Neptuno de mis primeras cuitas, el parque de la Reserva donde aprendí a jugar, ni que decir de aquellas calles de Lima que tenían nombres propios y se llamaban así: Calle Gato, Divorcidas, Tigre, Beytia, Caballos, Torrecillas, Naranjos, Milagro, Trinitarias, Matajudíos, Pilitricas, Quemado, Animitas, etc., recuerdo la Plaza Francia donde está la Iglesia de la Recoleta donde todos los sábados mi abuela iba a escuchar misa, la panadería de Los Huérfanos al costado de la iglesia del mismo nombre donde se compraba el pan de azúcar y la rosca de Reyes. Aquella ciudad de Lima donde uno iba y venía sin miedo a ser víctima de un asalto o robo, con nostalgia hago reminiscencia las noches cuando salíamos con rumbo al Rímac, a ver a la otra abuela que vivía frente a la Plaza de Acho en un callejón de dos caños, interior P, donde se daban unas jaranas criollas, esas de rompe y raja, esas que terminaban con aguadito a las seis de la mañana, y retornaba uno tranquilo al Paseo Colón, esos sí, en el camino saludabas a todos aquellos con los que te cruzabas, decía mi padre “lo cortés no quita lo valiente” y la mamá remataba diciendo “es de bien nacido ser agradecido”, con esas premisas pobre del que no saludara ….mejor ni recordar porque duele de sólo pensar en el jalón de orejas que me podía dar.

Vista de Lima con la Plaza de Acho desde el cerro San Cristóbal
Lima de antaño ¿Cómo te extraño?Los jueves salían los carteles taurinos anunciando la terna que iba actuar el domingo de feria, almorzábamos temprano con mi padre, quien fue el que me llevó a los toros, tomábamos una línea de buses muy antiguos, de esos que parecían cafeteras, recuerdo que el piso era de madera y los asientos más duros que sentarse en una piedra. El ómnibus pasaba por el jirón Huancavelica donde estaba la taquilla y subía mucha gente que había ido a comprar su entradas, el bus pasaba por la plaza de Armas, de ahí hasta el Congreso de la República, un poco más allá el puente Ricardo Palma desde donde se divisaba la entrada de Sol que se veía y la gente en el bus murmuraba, si había poca gente en la puerta de la calle decía “la corrida no parece buena”, por el contrario si había público y vendedores la gente decía “hoy seguro habrá lleno de bandera” (no entendía que significaba), además como no recordar el ingreso a la plaza todos se saludaban, se abrazaban, decía “un año más” y las jaranas criollas se armaban si durante la corrida se habían cortado las orejas, todo lo contrario si la tarde había sido fatal, todos se despedían y de ahí a tomar un lonchecito, café con leche y pan con mortadela ….. no se debía hablar de toros. Llegábamos a casa y papá prendía la radio, esa de tubos, con ojo mágico y dial de pabilo, había que esperar que caliente, luego sintonizar Radio El Sol y esperara las crónicas de Luis Cayo Córdova “Luisiyo”, ya por las noches el programa de televisión de Luciano Ruiz de Navarro “Rafagas Taurinas” …..hoy que tristeza viene a mi memoria, ahora con el internet, whatsapp, skpe, instagran, twiter, etc., para que recordar más. Suficiente.
Lima de antaño ¿Cómo te extraño?
Playa La Herradura donde antaño íbamos a veranear