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Como si se tratara de una moderna Ave Fénix, la Fiesta Brava, la pasión taurina en Ecuador renace de las cenizas que, ¡pretendieron cubrirla por decreto!.
Cuando en el país había libertad y respeto a las minorías y, la Feria Jesús del Gran Poder era fuente de empleos, cultura y tradición; los festejos en provincia eran mínimos, quizá dos o tres y de haber más, eran muy poco publicitados.
Hoy en día, la fiesta florece y se fortalece en otros sectores del país, precisamente en aquellas ciudades y poblaciones que fueron respetuosas con la “LIBERTAD DE ELECCIÓN” inherente al ser humano, libertad que a los “Diablumas” y su GRAN JEFE, parece ser; ¡se les ha olvidado!
Esto en sí mismo es una buena noticia para los taurinos y un sonoro clarín de aviso para los tiránicos; una campanada seria que claramente dice: “la pasión, la afición, las tradiciones; no se borran por decreto”. ¡Ojalá fueran capaces de TOMAR NOTA!.
Ahora bien, este renacer significa una reeducación de los públicos provinciales, es decir; que la Fiesta, tal como la conocíamos, en el estado de un adulto joven; tendrá que regresar a sus primeros pasos. Quizá no ya el gateo, pero sí a los pasos vacilantes de un niño que, comienza a caminar.
Y esta realidad tiene que ser manejada con mucho cuidado por varios sectores de vital importancia para la Fiesta como seguramente son; ganaderos, toreros, empresarios, gente del toro, cronistas y periodistas taurinos.
Los taurinos de “cepa”, los serios, (que desgraciadamente somos pocos); siempre exigiremos el “toro íntegro y el toreo auténtico” pero; también tenemos que ver la realidad socio-económica del país.
Las corridas en peso, años y trapío, tienen un costo que quizá, la “gran masa” no está en capacidad de pagar y gústele a quién le guste o, disgústele a quién le disguste; las masificadas corridas de toros de nuestros tiempos, NECESITAN afluencia de público para subsistir.
Renacer de las cenizas de la intemperancia y la prepotencia de un gobierno que se apoya en abortistas y marihuaneros, sin duda; no será fácil, tomará tiempo, paciencia y de verdades dichas con tino pero, con firmeza para que las Empresas tomen nota y reparen errores. Requerirá también de un a importante dosis de humildad de los empresarios para comprender que la crítica, tiene una única meta; el bien de la fiesta.
Los taurinos soñamos con carteles en los que suenen nombres de postín, nombres que han llenado las páginas especializadas, nombres como por ejemplo; el de Diego Urdiales que se presentará en Ambato, para cumplir el sueño de un soñador del toro, el novillero nacional; José Antonio Bustamante.
Pero, si amamos la fiesta, si de verdad queremos salvar la más pura y culta de las fiestas; la taurina, tenemos que exigir si, pero con tino. Fijándonos siempre en la escasa cultura taurina que se tiene en provincias; esto sin quitar que en Quito, (la feria grande del país) muchas veces el ganado y los “juicios” de la autoridad, no eran ni apropiados, ni mucho menos justos.
Nos queda un nuevo y largo camino por recorrer y tenemos que recórrelo tomándonos de la mano y recorriendo la senda con perseverancia, humildad y voluntad de triunfo.
¡Que el 2015, traiga todo lo necesario para que los taurinos del país plantemos cara a las prohibiciones, la intemperancia y el sectarismo de unos pocos!
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