Comienza 2015 y a este nuevo año, como no podía ser menos, le damos la bienvenida. Muchos serán los acontecimientos que en él tengan lugar, pero desde la perspectiva taurina, que es la que nos ocupa aquí, debería ser muy importante.

Pasamos de 2014 a 2015 y la pregunta es ¿Un año más? La respuesta será la clave

Es año electoral en España y eso también habrá que tenerlo en cuenta. Pululan por ahí muchos partidos y políticos que le hacen ascos a lo taurino y no estaría de más una respuesta contundente por parte de los aficionados. Es hora de exigirles que se pronuncien y posicionen sin ambigüedades.

Pero el meollo está dentro de la propia organización, la de los taurinos profesionales. Para ellos no puede ser un año más. O espabilan o se cae el tenderete que tienen puesto.

Es un año decisivo para ver si las reuniones iban en serio, si las conclusiones van en la dirección adecuada. De no ser así, la Fiesta no aguanta un año más.

Alguna noticia buena hay, que se sale de lo habitual y apunta hacia donde hay que caminar. Iván Fandiño protagonizará en Las Ventas un ¡basta ya! de comodidades. Su enfrentamiento en solitario a seis ganaderías, de las que huyen sistemáticamente las figuras, puede suponer un empujón decisivo o muy importante.

Por el bien de todos le deseamos un gran éxito e invitamos a que sea un ejemplo para saber, y hacer saber al resto de profesionales, lo importante y decisivo que es el año que entra. Lo que está en juego es, ni mas ni menos, que la credibilidad y, por ende, la continuidad de la Fiesta.

Están bien los besos y abrazos que ahora se dan en Sevilla los que antes se tiraban los trastos, pero si eso no va acompañado por un propósito de enmienda en lo que hay que ofrecer al aficionado, va a resultar que representan el ‘abrazo del oso’ a la Fiesta.

No puede ser que dejen pasar la oportunidad de empujar en la buena dirección, seguir caminando en la dirección contraria es un suicidio. Los que se suicidan son ellos, los aficionados tomarán buena nota y, a su pesar, con hacer mutis por el foro conseguirán incluso ahorrarse bastantes euros de esos que antes dedicaban a sacar entradas, con lo que no hay mal que por bien no venga como reza el refrán castellano.

Recemos para que sepan encauzar lo que está fuera de su cauce natural. Persistir en pensar que las grandes ausencias en las plazas de toros son producto solamente de la crisis económica es un error mayúsculo. Conozco muchos casos y ninguno, digo ninguno, tiene que ver con el tema económico.

Reaccionen o 2015 será una losa muy difícil de levantar. De ahí que Fandiño sea la estrella que orienta el camino a seguir. Con él van las esperanzas de los aficionados cabales que quedan.

Con ilusión, aunque sea solo un hilo de la misma, deseo para mí y para todos que el Año Nuevo nos traiga el toro y el torero de antes. O lo que es igual: Toro íntegro y Toreo auténtico.

Foto: institutoece.com