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¡Con Correa o sin Correa, en Ecuador se torea!
Estamos a punto de despedir el 2014 y, a pesar de todo aquello que la fiesta ha tenido que enfrentar, de todas las piedras que han tratado de acumular en el camino de la afición y la fiesta; los festejos de todo tipo en el país, solamente se han incrementado.
Septiembre fue, sin duda el mes con mayor actividad taurina, hubo corridas en San Miguel de Bolívar, Salcedo, Latacunga y en Lasso, donde se celebró un año más la Feria del Aficionado Práctico, que cada año atrae más y más aficionados de dentro y fuera del país.
Hubo toros en Ambato en Marzo, en Abril en Riobamba, en Agosto en Tanicuchí y en Octubre en Valencia, en Machachi en Noviembre y se terminó el año con el mutilado Festival Virgen Esperanza de Triana en Quito.
Toda esta actividad debería abrir los ojos de quienes pretendieron destruir una tradición centenaria, una pasión desbordante, un medio de vida; por la vía de un decreto.
Es de sabios reconocer errores y enmendarlos. Han pasado tres años desde que la Fiesta Brava se incluyó en una consulta de corte político y contrariamente a lo que esperaron los promotores de ese desatino, la fiesta, si bien; prácticamente se perdió en Quito, tomó fuerza y cada día más importancia, en provincias.
Desde el momento en que la manipulación política trató de erradicar la Fiesta Brava de la capital de los ecuatorianos, hemos mantenido y lo sostenemos, que una “medio” corrida como las que han tenido que instaurarse en Quito, no son plato para taurinos serios. Ahora bien, eso no implica que no valoremos infinitamente el coraje, la frontalidad y el aporte que hace José Luis Cobo como empresario de Triana S.A; gestora de la plaza de toros Belmonte.
Porque, si bien es cierto, una corrida que pierde el momento supremo, la “hora de la verdad”, es ante todo y por sobre todo; una ofensa para ese noble y bravo animal al que se le priva de ofrendar su vida con valentía y se lo condena a la obscura muerte de un matadero que es lo que nos aleja de ese coso. No es menos cierto que, de alguna manera la Fiesta se mantiene viva en Quito, gracias al Festival Virgen Esperanza de Triana.
Lo hemos apuntado ya en el pasado y aún a riesgo de sonar repetitivos, insistimos en esperar que el nuevo Alcalde tenga la valentía que hace falta para convocar un nuevo Referéndum en Quito, por lo menos para permitir que los quiteños voten sin la influencia del inmenso aparato propagandístico que rodeó la malhadada consulta del 2011.
Dicen quienes entienden de leyes que aquello que se aprueba en una Consulta Popular solo puede ser eliminado por medio de otra consulta. Ahora bien, nos preguntamos ¿si la inclusión de un tema determinado es anti-constitucional, no sería más legal y coherente, eliminar el resultado de ese acto inconstitucional?
Quito despidió al sumiso alcalde Barrera y eligió un nuevo burgomaestre en espera de que este joven diera un giro al desastroso manejo de la ciudad.
Desgraciadamente, hasta el momento no se han apreciado cambios de importancia, quizá; aún es pronto pero sin duda los quiteños aún esperamos un alcalde con la entereza suficiente como para plantarle cara al gobierno central y mantener, defender y promover las tradiciones y la cultura de Quito.
En breve llegará el 2015 y quizá para entonces, el señor Mauricio Rodas tome coraje y se convierta en el puntal que la capital de los ecuatorianos merece y necesita.
Hasta tanto, ¡felices fiestas y un gran 2015!
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