No se puede entender que Uriel Moreno El Zapata, un torero tlaxcalteca que ha ido evolucionando de manera importante en la expresión de su tauromaquia, que la ha ido nutriendo de buen gusto… de mucha calidad, su apoderado José Antonio Ramírez El Capitán, venga a la Ciudad de México, y lo entregue sin más… sin la menor categoría, sin la menor dignidad, sin el menor respeto para el torero, de una forma sumisa… a Rafael Herrerías para que lo ponga en la Monumental Plaza de Toros México, en un cartel que a nadie interesó por su absoluta ilógica.
Un torero al que el empresario de Puebla, José Ángel López Lima, así como también nosotros tanto en Toros y Toreros, como en opinionytoros.com, le hemos apoyado para que se consolide con el sello propio que innegablemente posee porque tiene fundamento el torero.
De todo mundo es conocido que el empresario del coso mayor del mundo, carece tanto de sensibilidad como de talento, para conformar carteles… para consolidar una temporada importante, así tenga el mejor elenco del mundo; entonces señor Capitán… ¿por qué pretender acabar con un torero que puede dar mucho a la tauromaquia mexicana como El Zapata?
¡Cómo fue posible que usted señor Capitán!… haya aceptado que se presentara con unos toros -de la ganadería de Brito-, que, aunque pertenezcan a uno de los señores más importantes e influyentes tanto en el área económica como de comunicación de México, y del mundo, y que además, sin lugar a dudas, es un buen ciudadano y un estupendo ser humano, eso no lo hace el mejor ganadero; muy a pesar de su notables deseos por tener la mejor ganadería del mundo.
No… señor Capitán, usted no pudo ocultar sus intenciones, se notó que por quedar bien con el propietario de la ganadería de Brito, así como con Herrerías, de inmediato trajo a Uriel a exponerlo a lo que era obvio … a la mediocridad, porque ni fue gente porque está fastidiada de tango engaño, y los toros… sí salieron muy malos, porque mostraron una indefinición tanto en presencia como en el pésimo comportamiento que desarrollaron.
No podía haber de otra, hasta un niño de pecho… se habría negado a poner a El Zapata en ese desalentador cartel, pero usted… sí decidió exponerlo, de una forma torpe y oficiosa.
A Uriel le hemos visto interesantísimas faenas en Puebla, en Guadalajara, en fin… en muchas partes de la geografía nacional, demostrando que en cada tarde, en cada festejo, evoluciona favorablemente. Desarrollando el don del temple, el de la calidad… el del buen gusto, claro, apoyado en su técnica y valor natural. Por eso no se puede entender que tenga una pésima administración que lejos de llevarlo por un camino de la dignidad, lo lleve al barranco para destruirlo.
Señor Capitán… hemos estado en Guadalajara en su restaurante, y ahí… ahí, ha demostrado que sí es bueno.
No sería mejor regresar y retomar con fuerza esa profesión -que también es digna y bien llevada es un estupendo negocio- de restaurantero, que continuar acabando a un torero que como Uriel Moreno El Zapata, requiere de inmediato de un apoderado que sí entienda su condición de torero, y sepa llevarlo con dignidad y respeto.
Que no lo ande entregando a intereses extrataurinos... porque así sólo se puede pensar, que es el propio apoderado el que persigue realmente oscuros intereses, muy a pesar del torero.