Es inevitable contar las cosas buenas que ha hecho este año Morante por los ruedos de España y de forma muy concreta el pasado sábado en Madrid. La magia de Morante es un hecho consumado que, lógicamente, todos celebramos.

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Siempre dije que, el diestro de La Puebla es el único torero en el mundo que sigue matando el “torito a modo” y nadie nos damos cuenta. Esa es su grandeza. Algunos de sus compañeros hacen lo mismo, pero mientras lo del medio toro, con Morante, nos damos cuenta de ello una vez que nos ha embrujado con su arte, con el resto de sus compañeros lo palpamos en el acto y, como se comprenderá, ahí no se emociona ni Dios.

Lo del pasado sábado en Vistalegre tiene muchas lecturas que, al parecer, nadie ha querido ver, y mucho menos pronunciarse. Era un espectáculo anunciado a bombo y platillo, con la Orquesta Sinfónica incluida y, no llenar dicho coso tres primeras figuras del toreo, como digo, ahí hay mucho para escribir. ¿Será que las figuras del toreo solo llenan, en este caso en Madrid, en plena feria de San Isidro? ¿Hubieran llenado Las Ventas en la misma fecha? Preguntas sin respuesta que siempre quedarán en el aire. Mala cosa que, el primer torero de España, pese a su brujería, no sea capaz de llenar la plaza de Vistalegre.

Pero si tenemos que agradecerle a Morante su generosidad para con sus compañeros. Aquello de que su temporada se haya circunscrito a 30 festejos dice mucho a su favor; primero, se ha ahorrado algunos tragos, si de tragos podemos hablar con las ganaderías que mata y, en segundo lugar, ha dejado paso en muchos carteles para que sus compañeros tuvieran más opciones para torear. No sabemos, en realidad, si los puestos que ha dejado vacantes Morante han sido repartidos de forma ecuánime; eso es otra historia. Pero sí tenemos que alabarle su concreta temporada que, para su dicha, le ha sabido a gloria, a él y a nosotros.

Como quiera que los bellos perfumes suelen ir en frascos muy pequeños, ante dicho axioma, Morante lo ha hecho perfecto. El que quiera más, ya sabe, tiene que apuntarse pronto para el año que viene. El Arte no tiene miedo, decía el slogan de Morante durante toda la temporada. Y lo decía muy bien porque, repito, ante ese tipo de toros no cabe el miedo, más bien la confianza para crear obras bellas que es lo que ha hecho Morante durante toda la temporada.

No se llenó Vistalegre, es cierto. Pero, al respecto, se deberían de hacer pruebas que nos resultaran concluyentes. ¿Imaginamos dicho cartel con los toros de Celestino Cuadri, por citar una auténtica corrida de toros? Otra pregunta que queda en la incógnita pero, de haberlo hecho, ¿no se hubiera llenado la plaza? Rotundamente, sí.

Pues eso era lo que hacían los toreros en mi juventud en que, ante el más mínimo resquicio de duda por parte de los aficionados, las figuras se anunciaban con los de Pablo Romero o Miura en Madrid y, acallaban todas las voces discordantes. Ahora, como Morante dice, el toreo no tiene miedo. Y digo yo ¿A qué?