El novillero michoacano Antonio Mendoza tiene a la afición de la plaza México comiendo de su mano. Antonio reapareció en la quinta novillada del serial y se le recibió muy bien, fue sacado a saludar al tercio;no debió hacerlo pero, invitó a sus alternantes a saludar.
Debe recordarse que en la primera novillada, la tarde de la presentación de Mendoza, le cuajó una gran faena a Bandolero de Xajay, el cierraplaza que terminó siendo indultado.
La metamorfosis de Antonio Mendoza
Por incoherencias incomprensibles, Antonio Mendoza no fue programado para la siguiente tarde, cuando el impacto de la faena y del indulto estaba fresco en los aficionados, lo anunciaron hasta la quinta de la temporada. Sin embargo el chaval fue muy bien recibido, aunque con muy escasa concurrencia.
El domingo pasado no hubo corte de orejas, pero Antonio confirmó que en él hay un torero que puede llegar muy lejos en la fiesta, además de sus ansias de novillero mostró que sabe ejecutar el toreo.
Una de las virtudes de este chaval, que cumplirá 19 años en diciembre, es la dimensión que le da a sus pases con la muñeca, apenas perceptible es el muñecazo que alarga el pase, el toro no se toca, continúa embistiendo a la muleta. Esos pases con dimensión son acompañados con un olé largo, esos muletazos son los que consagran a los toreros.
Los novillos del debut
Si mete la espada hubiera habido más que la salida al tercio.
Lo curiosos del joven michoacano fue la forma en que volteó la tortilla el domingo de su debut.
En primer lugar se enfrentó a un ejemplar de Xajay llamado Campirano, al que recibió por mandiles, después de la suerte de varas uno de sus subalternos le dijo que fuera a hacer un quite, lo hizo por chicuelinas ajustadas. El novillo era soso al embestir y Mendoza le dio una buena cantidad de pases que no dijeron nada al público; es más, me atrevo a decir que aburrió a la gente, porque ya para el final de la larga faena, empezaron a pitarle, pidiéndole que terminara. Poco común esa dureza del público con un debutante.
Los novillos de la repetición
Metió una estocada baja que fue pitada, el novillo no doblaba y le sonaron un aviso. El chaval se retiró al callejón mientras escuchaba pitos.
Cuando fue anunciado el sexto pocos auguraban que Mendoza sacara la cabeza.
Vaya que el torero fue capaz de poner a la gente a su favor, realizó una faena muy importante. Lo del indulto fue exagerado pero como ahora se manejan los indultos como sinónimos de triunfos de los matadores, al torero le dio fama.
Al público de la plaza México es difícil hacerlo cambiar tan pronto, porque de una actitud hostil con el novillero, éste ahora los tiene en la canasta, en algo que puede llamarse La metamorfosis de Antonio Mendoza.
Fotos: Jaime Oaxaca.