El encierro que se lidió durante la cuarta novillada del serial capitalino del hierro de Maravillas fue aceptable en cuanto a juego, no hubo la bravura de la semana anterior, simplemente se dejaron. Dejaron estar, como dicen los taurinos; novillos con poca presencia para la plaza más grande del mundo que, en general, no pusieron en aprietos a los novilleros.
Hubo arrastre lento para el quinto, el novillo tenía lo suyo, pero el premio fue francamente exagerado. El arrastre lento se le concede a un toro que tiene bravura extraordinaria, no a un astado que sólo cumple, menos mal que el ganadero no salió al tercio o se dio la vuelta al ruedo como sucedió el sábado pasado en Cuapiaxtla, una población aledaña a Huamantla.
Otro arrastre lento en la temporada
Dicho lugar tiene una plaza de toros muy bonita pero pequeña, el ruedo por lo consiguiente, no es muy grande, inclusive no caben las dos circunferencias, sólo se pinta una; es comprensible que se lidien novillos, porque así lo ameritan el tamaño del ruedo y del coso. Eso no impide que los ganaderos o sus familiares se echen sus buenas vueltas al ruedo.
La plaza se llama Gabino Aguilar en honor del papá del matador y ganadero del mismo nombre, salió en tercer lugar un novillito castaño que dio una buena lidia y fue al caballo; el burel terminó rajándose, primero soseando y al final estrepitosamente. Innegable que el astado empezó embistiendo con emotividad, el de Cuatro Caminos empezó a sosear, aun así se olía el indulto, una horrorosa espantada del cornúpeta fue lo que echó por la borda la absolución. Lo que sí, no hubo obstáculo para que el juez le concediera con prontitud el arrastre lento; sin embargo, a los 20 segundos rectificó, ahora otorgó una vuelta a los despojos del torito.
Soseaba el castañito y le dieron vuelta al ruedo
La plaza no tiene callejón. Cuando el novillo dobló el ganadero, que estaba sentado en las gradas, se fue a colocar por la puerta de cuadrillas posiblemente hacía alguna actividad, el caso es que en el momento que el torero daba la vuelta y pasaba por la única puerta del ruedo, el ganadero ya estaba listo para hacer lo propio en caso que el diestro lo invitara. ¡El torero lo invitó!
El último en Cuapiaxtla, el cuarto, fue un bonito berrendo de Coyotepec, el novillo fue muchas veces a la muleta, repetía y repetía; no obstante, cosa curiosa, el juez no ordenó ni un arrastre lento, lo que no fue obstáculo para que el hijo y el nieto del ganadero dieran la vuelta al ruedo con el matador que cerró plaza.
Pérez de Pauloba el mejor librado
De regreso a la capital del país, recordemos que la semana anterior el ganadero Antonio de Haro era solicitado por el público para dar la vuelta al ruedo y, a pesar de merecerla, se conformó con salir a saludar al tercio. Actitudes diferentes de los ganaderos.
En las tres novilladas anteriores hubo premios a los bureles, en la primera un indulto a Xajay, luego un arrastre lento para D’Guadiana, otro para De Haro y ahora Maravillas.
Sin embargo, en la plaza México, desde hace mucho están choteados los premios a los astados, en el presente serial, los jueces han estado fatales. De momento sigue siendo De Haro la mejor ganadería de lo que va del serial.
Aunque el hato de la dehesa de Maravillas no estuvo compuesto por estupendos novillos, la mayoría se dejaron. No fueron una maravilla pero se dejaron.
Fotos 1 y 3: Jaime Oaxaca. Foto 2: Gabriel Reyes Labra.