inicio / opinion y toros
 
   
   
Inicio
Editorial
Opinión
División de Opiniones
El Arte del Rejoneo
Reportajes
Mano a Mano
Tribunas
Noticias
San Isidro
Enlaces
Novedad Quiénes somos
Buscador OyT
   
 
Previsión del tiempo para MADRID
 
 
Gracias por seguir con nosotros

Pla Ventura  
  España [ 07/12/2004 ]  
LOS VIEJOS MAESTROS

Todas las épocas del toreo, afortunadamente, se han visto engalanadas con algún que otro torero que, catalogados como viejos maestros, han dado luz y fuste al toreo. Siempre quedó, al margen de la juventud y su fulgor, aquellos maestros que, con el toreo metido en el alma, en breves retazos, han sabido iluminar la oscuridad del amaneramiento rutinario y la vulgaridad que, desdichadamente, solemos padecer en lo cotidiano. Convengamos que, ser maestro de maestros no es titulo baladí. Desde siempre hemos tenido toreros, figuras de la torería, luchadores empedernidos por la bella causa del toreo pero, en realidad, quien ha deslumbrado han sido los viejos maestros. Recordemos ahora, sin lugar a dudas, aquellos maravillosos años ochenta en que, don Antonio Chenel “Antoñete” explicaba, con todo lujo de detalles, la inmensa torería que anidaba dentro de su alma. Su reaparición supuso un acontecimiento único dentro de la torería; jóvenes de aquellos años nos emocionábamos ante su caudal creativo; nada tenía que ver lo que otros nos cantaban cuando, la bella realidad nos la trajo el inolvidable Antoñete; y digo inolvidable porque, su torería siempre vivirá en nuestra mente y, en nuestro corazón. Bien es cierto que, Antonio Chenel, en su reaparición, contó con el beneplácito de las empresas y, aunque con gotas esparcidas, supo perfumar los ruedos de Madrid y varias plazas importantes.

El pasado año, aunque de forma muy fugaz, fue Gregorio Tébar El Inclusero el que alumbró el toreo con una faena inolvidable que, quiénes la presenciamos, la llevaremos en el alma mientras vivamos. El maestro de Alicante dictaba, precisamente en su tierra, la más bella lección de torería que jamás pudiéramos soñar.

En esta temporada que ha fenecido, como todos sabemos, ha sido el maestro César Rincón el que nos ha obsequiado con un ramillete de faenas bellísimas; convengamos que, por el tiempo de antigüedad como matador de alternativa, triunfos épicos al margen a lo largo de su carrera, ya podemos calificarle como el viejo profesor que, aún siendo joven como hombre, su veteranía como matador de toros le hace acreedor al honroso título de maestro, algo nada desdeñable cuando, como es su caso, su carrera ha estado jalonada por los triunfos más insospechados, salvando, en su paso por la misma, los escollos de su maldita enfermedad, hecho dramático que supo enfrentar con una entereza digna de los hombres más grandes. Su lucha tenía que tener un premio y, el mismo ha sido, sin lugar a dudas, volver a deleitarnos con la grandeza de su toreo profundo y eterno.

Pero tuvo que ser el viejo profesor José María Manzanares el que, en cuatro faenas, a lo largo de la temporada, sentenciara, como otrora lo hicieron otros viejos profesores, la eterna calidad de su toreo. Dicen que Manzanares volvía por aquello de los celos  hacia su propio hijo; sea como fuere, lo que quedó demostrado es que, Manzanares padre demostró ser infinitamente mejor que su hijo y, al tiempo, un maestro que se distanciaba del resto de la torería. No cabía la competencia con nadie; era cuestión de creatividad y, el maestro Manzanares, en un ramillete de breves faenas, inundó al mundo con su torería. Por el bien del toreo, el maestro Manzanares debe de seguir en activo, de igual modo que este año, sin prisas, sin competencias y sin afanes, pero con la bendita ilusión de crear arte dentro de las plazas de toros. Quiénes somos contemporáneos de su vida, así lo entendemos como, a su vez, entendemos y aplaudimos la grandeza de su arte.

Medio siglo, como es mi caso, dan para mucho. Recuerdo con cariño al inolvidable Antonio Bienvenida, modelo de torero que, sin llegar jamás a la cúspide, si llegó a lo más alto; es decir, a ser considerado torero de toreros. Pude gozar, entre otros, con la magia de Curro Romero, con la singularidad de Rafael de Paula, con la creatividad de Antoñete, con el embrujo de El Inclusero y, en estos instantes, como explico, con la vieja e inacabable sabiduría creativa del genial José María Manzanares.

 
   
 
   
Rafael Martín 07/12/2004  
 
Que lástima que el artículo se caiga mezclando a los toreros con las figuras, que es a lo más que ha llegado el fino torerín de Alicante. Sepa que desde otras opiniones a Manzanares no se le reconocen nada más que ventajas. El resto del artículo muy bien. ¡qué pena! estropearlo, aunque habrá quien le bendiga la inclusión. Allá ellos.
 
   
reyesrazo 07/12/2004  
 
olé, maestro lucho, por tan hermoso artículo que de ninguna pluma puede surgir con tanta belleza, como de la tuya....¡enhorabuena..!
 
   
Ernesto A Gutierrrez 07/12/2004  
 
Un articulo por demas interesante y un tanto nostalgico...feliz navidad!!EAg
 
 
  haznos tu página de inicio   
 
EL FINAL DE UNA ETAPA
LLEGAMOS A DONDE QUISIMOS. PUNTO Y SEGUIDO
ETERNAMENTE… GRACIAS
Op. / Castro
Editorial del Mes
Op. / Plá
EL FINAL DE UNA ETAPA
LLEGAMOS A DONDE QUISIMOS. PUNTO Y SEGUIDO
ETERNAMENTE… GRACIAS
 
D. MÁXIMO GARCÍA PADRÓS: El Ángel de la Guarda de los toreros
¿QUÉ HA SIDO LO MEJOR DE LA TEMPORADA 2018?
LA FERIA QUE LO CAMBIA TODO
Mano a mano
Div. Opiniones
Reportajes
D. MÁXIMO GARCÍA PADRÓS: El Ángel de la ...
¿QUÉ HA SIDO LO MEJOR DE LA TEMPORADA 2018?
LA FERIA QUE LO CAMBIA TODO
 
TOROS EN QUITO: DE MAL EN PEOR /
UNA ETAPA MÁS /
NO VALE RENDIRSE /
Op. / Ecuador
Op. / España
Op. / Venezuela
TOROS EN QUITO: DE MAL EN PEOR
UNA ETAPA MÁS
NO VALE RENDIRSE
TODAS LAS NOTICIAS DE CADA PAÍS
España   Francia   Portugal   Colombia   México   Ecuador   Perú   Venezuela 
 
Oyt en Facebook
 
Oyt en Twitter
 
 
     
 
 
 
     
escucha el pasodoble  
 
 
   
  opinionytoros.com  
© diseño web BIT FACTORY, S.L.
Antolín Castro Luis Pla Ventura