Cualquiera del “régimen” del periodismo actual, tras conocer los carteles de Valencia podría regalarle mil lisonjas a Simón Casas que, por otro lado, ha hecho la feria que tenía que hacer, sin duda, la que le aportará muchos beneficios puesto que, como productor, Casas es un tipo muy avezado.
Sin embargo, desde estas líneas le quiero agradecer al empresario aquello que no ha hecho; pocos lo harán pero es de justicia regalarle una flor al empresario galo puesto que, de haber accedido a la petición que tenía para contratar a Vicente Ruíz El Soro, nadie sabe, de haberse llevado a cabo dicha actuación por parte del diestro de Foyos, nadie sabe cómo podía haber acabado aquello.

El Soro, de momento, seguirá pisando el ruedo valenciano en homenajes y brindis
Dice uno de nuestros refranes aquello que, el quién más te quiere, te hará llorar. Y así lo puede interpretar el diestro valenciano, pero no sabe El Soro el gran favor que le han hecho dejándolo en la calle. Seguro estoy que su corazón sigue rebelado contra Simón Casas, pero debería de haber sido su razón la que hubiera debido de tratar con el empresario.
Procura que tu corazón no aplaste tu razón, sería como abrir las puertas de la locura. Así nos lo recordaba a diario Oscar Wilde y, justamente ha sido eso lo que le ha ocurrido a El Soro que, su corazón aplastó su razón y ahora ve enemigos a todos aquellos que no han querido ser partícipes de su “suicidio”.
Ahora, Soro, no ha podido ser; es más, yo diría que nunca debió ser, pero no perdamos las esperanzas de que quizás sea en otro momento, más adelante.
Es de justicia recordar que El Soro, con sus lesiones en las piernas, ha sufrido más que Cristo en la cruz. Si la cuota de dolor soportada por este diestro pudiera computarse por actuaciones y éxitos en los ruedos, él debería ser ahora mismo el primero. Han sido muchísimos años de lucha, de intervenciones, de dolor, rehabilitaciones, pesares, incluso abandonos; mucho ha sido el dolor que este hombre ha tenido que soportar; no se lo deseo a nadie.
Y mientras todo eso sucedía, para desdicha de El Soro, los años seguían su curso inevitable puesto que, el matador valenciano tiene ahora 52 años que, muchos, con esa edad, siguen toreando o son capaces de hacerlo, ahí está el gran Ruíz Miguel. Pero nadie ha estado veinte años sin torear y con treinta y cuatro operaciones en sus rodillas.
De que Vicente estaba ilusionado eso lo saben hasta en Pekín; que los suyos estarían contentos por verle, no me cabe la menor duda; sus partidarios, me consta, hasta habían preparado ya varias pancartas para recibir el olor de multitud. Y me parece todo muy lícito, lo más honrado del mundo. Pero nadie, en su sano juicio, podrá criticar a Simón Casas que, dicho sea de paso, le hemos criticado en miles de ocasiones pero, ahora, para “suerte” del diestro, dejándole en la calle le ha hecho un gran favor.
Por mucha afición que El Soro tenga, que la tiene y me consta, pese a todo, debería de darle gracias a Dios que ha quedado bien para hacer una vida normal tras todo el sufrimiento que ha tenido su lacerado cuerpo. Muchos diestros, con lesiones parecidas, algunos se quitaron la vida. Y yo no quiero que El Soro se quite la vida, pero que la viva como aficionado que, como tal, puede seguir aportándonos hermosas lecciones.