La noticia de la semana en los ambientes taurinos no es otra que la propuesta que en el Parlamento Catalán se hace contra el desarrollo de las corridas de toros en esa Comunidad. A través de una argucia sobre la defensa de los animales, atacan de raíz el núcleo del desarrollo de la lidia que sostiene el comportamiento de la bravura del toro.
De nada sirve que lo vistan como lo vistan, pues todos sabemos perfectamente hacía dónde van. Es permanente el ataque a cuanto se sabe español y la Fiesta es demasiado importante como para que la dejen en paz. Las matrículas tendrá un pasar, pera la Fiesta es suficiente símbolo de la historia y las raíces de España, como para que no quisieran meterle el diente. Es curiosa esta situación, dicen querer eliminar los utensilios que hieren a los toros y ellos pretenden darle la puntilla. Curiosa paradoja. En defensa de lo que ellos quieren, se puede hasta matar... la Fiesta.
Nada nos es extraño de estas gentes y estaba claro que no se iban a quedar en la declaración del Ayuntamiento de Barcelona. No hacía falta ser muy listo para saber que los mismos grupos políticos que lo dominan, dominan el Parlamento catalán. A la menor oportunidad, iban a por la Fiesta en su conjunto. La fórmula que utilicen es indiferente, pues el objetivo solo es uno. ¿Y los demás qué vamos a hacer?.
Cierto es que hay una campaña de firmas para parar el golpe del Ayuntamiento de Barcelona y, añado, ¿contra esto qué? ¿más firmas?. Habrá que convenir que nos encontramos en una encrucijada de la que se reacciona desde las esferas políticas serias o estos insignificantes malvados acaban con toda la Fiesta. Recordemos el grado de chantaje permanente al que someten, y estos aceptan, al Gobierno español y al partido que lo sustenta. Luego no hay que recoger más firmas, hay que ponerles firmes y de una vez.
Lo primero, habría de ser -si es que el Gobierno puede proponer algo autónomamente- una declaración del Congreso de los Diputados en defensa de la Fiesta y de sus valores. Imprescindible sería este gesto como mensaje de “hasta aquí hemos llegado” y a continuación la puesta en marcha por parte de todo el resto de las Comunidades Autónomas de los mecanismos que les permiten sus competencias para blindar un posible ataque total, e incluso, y precisamente por ello, la falta de decisión del Gobierno de España de darles un disgusto a los de E.R.C. en el Parlamento.
Un paso importante ya ha dado la Junta de Andalucía, declarando su apoyo incondicional a la Fiesta. La iniciativa del Diputado Andalucista, Ildefonso Dell’Olmo, se ha visto apoyada en casi su totalidad. Precisamente el cabo suelto es la no aceptación por parte del PSOE de crear una Ley, ley que permitiría blindarse de ataques externos.
Las Comunidades y sus Gobiernos tienen la obligación y responsabilidad de darse cuenta de la posible jugada de los independentistas y la debilidad del Gobierno ante sus continuos chantajes. No se pueden demorar. Tienen competencias en lo taurino y en los espectáculos como para proceder a legislar y evitar ataques desde el exterior, -curioso exterior si viene procedente del Parlamento español- dirigidos a minar y socavar una Fiesta secular.
Mal harán si no reaccionan todos, pero peor sería que no lo hicieran aquellos que tienen holgadas mayorías como para no necesitar los apoyos de los que se pueden ver atados por los compromisos de su partido. Dicho en román paladino: allá donde no haga falta el apoyo del PSOE, el Partido Popular debe impulsar la iniciativa legislativa que proteja la Fiesta. El Diputado Andalucista ha puesto en marcha en Andalucía un filtro de protección, pero hace falta que salgan más Ildefonsos en el resto de las Comunidades que den al traste con los intervensionismos de los independentistas catalanes.
No es tiempo de especular. Es tiempo de reaccionar. Opinionytoros.com está por la defensa de la Fiesta, en base a la verdad y la verdad es que estamos en un momento crucial para saber o no saber protegerla. Las firmas están muy bien, pero hace falta la implicación de políticos serios y responsables, además de españoles y aficionados, que den el paso que impida que cualquier chantajista ponga la Fiesta contra la pared. Precisamente esos “Carod-boys”, no son los mejores compañeros de viaje ahora mismo para ponernos a discutir. Aún estamos a tiempo de parar el golpe. Señores políticos, ¡hay que ponerse a trabajar!.
