Una jornada inolvidable la que vivimos el pasado sábado en el rancho de Luís Francisco Esplá en que éste, quiso agasajar a Rodolfo Rodríguez El Pana antes de que el diestro partiera hacia México. Allí tuvo lugar una fiesta campera por todo lo alto en que, para fortuna de los presentes, pudimos deleitarnos con la magia de El Pana, con la torería de Luís Francisco Esplá y con la juventud arrolladora de Alejandro Esplá que nos ofreció lo mejor de su toreo en todas las facetas de la lidia. 
El cartel: Luís Francisco Esplá, Alejandro Esplá y el Pana
Describir lo que hizo El Pana resulta muy difícil; todo en él es pura magia, misterio…..valores que cautivan por completo. Más de uno de los asistentes se quedó sin alientos y, era lógico, no conocían a El Pana y, tras ver lo que este artista es capaz de hacer frente a un toro, cualquiera queda embelesado por este hombre.
Hay que felicitar a Luís Francisco Esplá que, como explico, quiso agasajar a Rodolfo Rodríguez, todo un detalle por su parte que, sin duda, el diestro de Apizaco no olvidará jamás. Ambos maestros nos deleitaron con su toreo sin olvidarnos de Alejandro Esplá que, el muchacho podrá torear más o menos, pero su puesta a punto es perfecta como lo demostró con los trebejos toreros.
Jornada emotiva la que vivimos que, difícilmente podremos olvidar por las connotaciones de todo lo que allí vivimos. Como diría Cabral, allí reinó la alegría, por tanto, la felicidad puesto que, todo los argumentos que allí se nos presentaron, todos estaban dispuestos para que los allí congregados fuéramos tremendamente dichosos. Si durante el festejo un grupo de jazz amenizó el espectáculo, tras el almuerzo, un trío de cantaores de flamenco deleitaron a la numerosa concurrencia que pudieron bailar todos de lo lindo. 
El Pana en el uso de la palabra
Todo resultó perfecto y, cuando ya anochecía, dentro de la casa de Esplá se hizo la luz y la metáfora no puede ser más aleccionadora. Nos esperaba el “plato fuerte” de la jornada puesto que, la sorpresa nos la tenían reservada los dos maestros para rematar la jornada por la “puerta grande”. Si al medio día los maestros nos habían extasiado con su toreo, en este acto, presentados los diestros ante el público por nuestro director Antolín Castro, en sus alocuciones nos estremecieron por completo.
Ese gran orador que se llama Luís Francisco Esplá, en esta ocasión y en su propia casa, dejó hacer y decir a Rodolfo Rodríguez El Pana que, con su palabra conquistó a todos. Rodolfo es un mago con los trebejos toreros y, lo es todavía mejor como ilusionista de la palabra; de su corazón brotaron vivencias inolvidables que nos estremecieron a todos y es que, la verdad tiene un gran arraigo en el corazón de cualquiera. El Pana rezumaba verdad, sentimiento a flor de piel, anécdotas por doquier que, sustentadas por su magia y su verdad, dejaron al público impresionado. Luís Francisco Esplá, el anfitrión, gozó como todos de El Pana y, a su vez, puso broche de oro con sus sabias palabras. La anécdota más graciosa de aquella tertulia no fue otra que, desde el lugar que ocupaba Alejandro Esplá, ante lo que estaba viendo dijo: “Papá, es la primera vez en mi vida que te veo tan callado” Alejandro, sin pretenderlo, con su frase, vino a demostrar la grandeza de lo que El Pana contaba.
Allí pudimos saludar a varios amigos, entre ellos, al gran Domingo Navarro que, actuó como subalterno en la mañana junto a los diestros y, tras la actuación nos dijo: “He toreado en mi vida con muchos diestros y, a partir de este momento ya podré contar a mis nietos que un día pude torear con El Mago de Apizaco, el diestro más emblemático de México” Allí estaba Pepe Ibáñez con su distinguida esposa; Pepe nos contaba de las próximas actuaciones de El Pana en México. Contado todo lo que vimos, nos queda agradecer que Luís Francisco Esplá quisiera agasajar a El Pana y, como gozamos, que todos sus amigos disfrutásemos junto al Mago de Apizaco. Un día que jamás podremos olvidar.
