Terminada la feria, o las ferias, de Fallas 2013, es hora de cerrar ese capítulo para que la temporada siga. De ella, o de ellas, se quiso escenificar desde el principio sus diferencias, sus matices. Aparcaron a cada uno, toreros y ganaderos, en diferentes lugares y después todo ha salido como estaba previsto.

La plaza puede lucir así algunos días, con figuras o sin ellas. Falta la prueba

Puede que decirlo sea una perversidad, pero es así. Guardar el mejor lugar para los más queridos o privilegiados, ofrecerles el caviar, o el sucedáneo según se mire, pero de agradable digerir. Hacerlo cuando más posibilidades de ser vistos existe, con todas las ventanas abiertas de las fiestas, es una forma de inclinar la balanza a favor de unos y no de otros.

Se podría haber invertido el orden, contando con la 'fuerza taquillera' de las figuras y las ganaderías afines. Un empresario ha de jugar más bazas, de tal manera que en todo pueda obtener beneficio, no abandonar a su suerte unos carteles favoreciendo los otros. Claro, que lo más seguro es que él mismo dude de esa supuesta fuerza taquillera de las figuras los días martes 12, miércoles 13, jueves 14 y viernes 15, contra los días sábado, domingo, víspera del día grande y Santo Patrón. Guardar toda la artillería para los días de Valencia llena es suicidar el resto de los días o cínico querer decir que son unos nombres y no otros los que tienen el tirón.

Si así fuera se habrían ayudado esos carteles más flojos de nombres con las fechas que más ayudan los visitantes y se les habría dejado la obligación, he dicho obligación, a los que piden altos honorarios con la responsabilidad de llevar gente los días más flojos de la feria. Yo aseguro que el resultado hubiera mejorado en ambos casos, pero ni podían haber presumido los figuras y no hubieran podido desprestigiar, como lo han hecho, al resto de toreros y ganaderos. Todo un juego intencionado que demuestra que solo el envoltorio les interesa de cara a relegar para siempre a determinados hierros y ciertos toreros.

Lo han escenificado a la perfección y así ha resultado, pero era previsible y valía para defender un menor canon y la programación de menos festejos. Para mí sin embargo la lectura es casi a la inversa: ni favoreciéndoles tanto fueron capaces las figuras de llenar dos tardes, solo una a pesar de 'las figuras' y los días buenos. Véase que uno se llame Ponce, otro Morante, y así unos cuantos que no llenaron la plaza. No hay de qué presumir y sí mucho de qué preocuparse. Y no me refiero a que se vayan a su casa Miura y Alcurrucén o Castaño y Fandiño. Por cierto, una ofensa a todos esos toreros y ganaderos a los que se les ha señalado de forma tan notoria e intencionada.

Miura y Castaño tuvieron una grandísima entrada, y éxito total, en Nimes el pasado año, sin necesidad del Santo Patrón. La ganadería de los Lozano no es el coco y Fandiño es uno de los triunfadores de la pasada temporada. Programen de otra manera y no insulten la inteligencia, pues ha quedado en evidencia el proceder. Y lo peor es el trato que se da a toreros y ganaderos no acartelados en situación de privilegio favorecido.

Nada que no sea igual que siempre, lo que no es igual es el presumir de lo que previamente es intencionado y previsible. Ni una sola idea para llenar o mejorar taquilla todos los días, o perder menos, solo escenificar que las figuras llevan más gente. Con truco, desde luego. Muestren de una vez el tirón de las figuras fuera de los días claves y respeten al resto de toreros a los que se les ofrece, sin ningún decoro, los días difíciles, los previstos para pérdidas. No sabemos si hacer así las cosas es de listos o acaso sea solo de 'espabilaos'. Cuando menos, es visible que nos quedan dudas.