Las contundentes imágenes del programa Toros y Toreros, del prestigiado periodista Julio Téllez, han demostrado que los jóvenes Omar Villaseñor en Morelia y Mariano del Olmo en Tlaxcala, hicieron una simulación de su alternativa, con minúsculos animalitos que ni siquiera para un festival eran apropiados.
Omar Villaseñor tuvo frente a él, a un pequeñito manso… bobalicón, de la pésima ganadería de Luis Felipe Ordaz, otro criador que no se ha enterado de la grandeza del auténtico toro íntegro.
Las orejitas del pequeñito resultaban más grandes que su cornamenta… ¿se puede así tomar una alternativa? ¿puede ir un torero por la vida presumiendo de una alternativa que resulta a todas luces inexistente?
Por otra parte, a Mariano del Olmo, en Tlaxcala, le otorgan el doctorado con un minúsculo animalito de José María Arturo Huerta… ¡todavía más chico que el de Omar! ¡Cómo se puede ser torero en estas condiciones!
Lo peor es que son jóvenes con cualidades… con un valor natural, con sentido del toreo, que gustan de hacer el toreo con clase y calidad, pero el haber tomado su alternativa con becerritos… eso… eso no tiene ninguna validez.
El arte presupone verdad… la tauromaquia como arte… argumenta esa verdad en el auténtico toro íntegro. Si falta el toro… no hay verdad y todo lo que se intente hacer, no existe porque carece de fundamento.
Una importante decisión sería que tras la edificante autocrítica tanto Omar Villaseñor como Mariano del Olmo, demostraran su honorabilidad y su respeto, no sólo a sí mismos… sino al público a la fiesta y al marco legal, organizando un festejo de desagravio, en donde sí tomaran una alternativa, en donde la grandeza de la verdad… del auténtico toro íntegro estuviera presente.
Porque queda claro que después de esos lamentables hechos… no tomaron ninguna alternativa, se quedaron en matadores de becerros…. Ellos se impusieron ese nivel. Ahí están las imágenes que lo demuestran.