Nuestra Web, y quiero decirlo muy alto, está siento atacada por personas que, desde la cobardía del anonimato, quieren hacernos daño. Dije, y vuelvo a repetir que, todo el mundo tiene derecho a pronunciarse y expresarse respecto a nuestra página y, de forma concreta, en torno a lo que escribimos o dejamos por escribir; pero desde la perspectiva honrada; es decir, pronunciándose con nombre y apellidos. ¿Qué se puede esperar de una persona que insulta sin dar su nombre? Todo el mundo podrá comprender que, se trata de alguien que, cobardemente, quiere hacer daño sin la posibilidad de que, el contrario, pueda defenderse; es como apuñalar a traición, precisamente, lo que nosotros estamos sufriendo por parte de un ser que, pleno de esquizofrenia, no comparte nuestras opiniones; ni nosotros las suyas, claro. Sólo nos separa que, nosotros, damos la cara, tenemos una dirección, un nombre, unos apellidos, un contacto y, ante todo, vamos de honrados por la vida.
No es lógico que, alguien que, según confiesa, entiende como bárbara nuestra fiesta, se moleste regalándonos los insultos habidos y por haber y podría haberlo hecho, claro: pero siempre, como explico, dando su nombre y apellidos y, por supuesto, un correo donde se le pudiera contestar; eso de tirar la piedra y esconder la mano, además de cobarde, es algo que ya está muy visto.
Me da pena contemplar como, en los tiempos actuales, todavía sigue quedando gente que, resentidos y amargados, se dedican al insulto soez cuando, ese tiempo, si lo ocuparan follando, entre otras cosas, seguro que lo pasaban mejor. Sin embargo, algunos, como explico, al parecer, son más felices con la distorsión, con el insulto y con esa pérdida de tiempo miserable en que, como he dicho, existen otros menesteres más reconfortantes.
Lo dije y, lo vuelvo a repetir; nadie nos molesta. Todo el mundo tiene el sagrado derecho a expresarse y, la prueba, la tenemos en el espacio que dedicamos en todos los artículos para que el lector se pronuncie. Pero jamás toleraremos que, desde la cobardía del anonimato, alguien pretenda insultarnos cuando, como se sabe, estamos luchando por la bendita causa del arte. La ignorancia de muchas personas -por llamarles de alguna manera- les aboca a denostar la fiesta de los toros cuando, como es notorio, a través de la historia, los grandes hombres que en la vida han sido, todos se han apasionado con la fiesta de los toros; pintores, escritores, cineastas, escultores….. y toda la gama de artistas que en el mundo han existido. Y, todos, sin excepción, se han volcado con la fiesta de los toros porque, en ella, han encontrado la misma manifestación artística que nosotros estamos promulgando. Sin embargo, a las pruebas me remito, los ignorantes quieren hacer sangre de nosotros. Pobre de todo aquel que carezca de la sensibilidad necesaria para entender cualquier manifestación artística; o está muerto o no tiene sentidos.