La Carta Abierta que André Viard le envió al matador Julián López "El Juli", ha tenido repercusiones en todo el mundo de los toros. Por un lado, para algunos, les ha causado sorpresa que una voz se "atreva" a dirigirle la palabra a un matador consagrado para llamarle la atención respecto a lo que los espectadores franceses esperan de él como torero y figura. Pero por otro lado, hay un gran sector de aficionados que ha encontrado en las palabras de Viard lo que a más de uno de los líderes del escalafón les hacía falta: pegarles un tirón de orejas.
La Fiesta de los toros está en el ojo del huracán, siendo puesta en duda su autenticidad y existencia en el siglo XXI por más de una organización antitaurina.
Es por ello, de remarcable importancia e indiscutible actualidad, lo acontecido entre el famoso matador de toros y el reconocido crítico francés. En dicha carta, se aboga por un espectáculo de verdad, en el que los que se llaman matadores de toros, lo sigan siendo tarde tras tarde, poniéndose delante de toros de verdad. Si esa verdad, esa condición, esa parte del espectáculo que la conforma el animal que salta al ruedo, pierde autenticidad, estamos dándole la razón a los que critican la Fiesta Brava, porque dejó de serla.
Las Corridas de Toros, se basan en tres elementos: Un toro bravo, con edad, trapío y defensas intactas. Un hombre que se le ponga enfrente y con técnica, valor y arte, le haga faena. Y un público deseoso de presenciar lo que considera una hazaña como es la lidia y muerte de un toro bravo. No deben de dejar de existir estos tres elementos. Ya que si uno falla, la estructura se desmorona.
Muchas empresas que organizan festejos taurinos, dicen estar "condicionadas" por los caprichos de los líderes del escalafón. Líderes que efectivamente llegaron a la cima del éxito, tras fajarse los toros en cuanta tarde tenían firmada, pero que llegados a esa zona de privilegiados, ponen condiciones que de no ser cumplidas por la empresa, significan no poder anunciarlos en los carteles. Escoger ganaderías más "cómodas" y dejar las llamadas corridas duras y difíciles a los que vienen por detrás de ellos, es algo que posiblemente siempre haya existido, pero que en la actualidad se ha convertido en un exceso. Son ya demasiadas las tardes en las que las figuras se ponen delante de animales que desdicen de su verdadera condición de matadores de toros, enfrentándose a animales más jóvenes, más terciados, y menos peligrosos.
Si bien esa lógica aleja a las figuras de las enfermerías, también aleja a los aficionados de verdad de los tendidos.
Próxima está ya la Feria del Señor de los Milagros del presente 2012, donde la empresa TauroLima ha rematado magníficamente los carteles de matadores, y ha comprado ganado colombiano y peruano, del que se espera el mejor comprotamiento en el ruedo. La afición limeña sabe de toros, y quiere verlos en el ruedo. Más importante que el propio cartel de figuras, rematadísimo como señalamos antes, es que los toros que pisen la arena de la bicentenaria Plaza de Acho, lo sean de verdad.
Entonces, que sirvan estas líneas para abogar en este caso porque el esfuerzo que viene realizando la empresa para la Feria limeña sea completo; y para que lo sea, debe supervigilar la presencia del toro con edad, trapío y defensas intactas, para que su gestión sea meritoria, excelente y por todos aplaudida.
Creemos que lo logrará. La Novillada previa de la semana pasada tuvo una presentación de bandera.
