De pequeño me enseñaron a respetar todo lo de la Iglesia pero con el correr del tiempo con esto de que los curas se meten ahora "en camisas de once varas" hasta en políticos se han convertido algunos, siento que se ha venido desquebrajándose porque la Iglesa de hoy día no es ni la pinta de la que conocí de pequeño y me perdonan quienes pudieran sentirse ofendidos con esto pero es así, no son todos, hay "curas de curas", "pastores de pastores en la Iglesia venezolana".

Viene al caso e imposible dejarlo pasar por alto, el inaudito ilógico ataque frontal contra la Fiesta Brava que tuvo escenario en la pasada Feria Patronal Maracucha, en la que el Obispo de Maracaibo, Estado Zulia, se le fueron los tiempos de su formación religiosa e irrespetó a la afición taurina venezolana al extremo de tildar la realización de las corridas de toros como un pecado, todo un incomprensible desfase obispal.

Lo que nos faltaba, las corridas de toros son un pecado, otra maracuchada más, la tercera por cierto contra la Fiesta Brava en el Estado Zulia, producto de todo un desfase obispal proveniente de todo un representante de la Iglesia Católica Venezolana.

Quiero hacerle saber al Obispo Marabino, con todo el respeto que pudiera merecerse, que se ubique bien en su postulado religoso, que se mire muy bien en el espejo, se haga un examen bien profundo, analice muy bien que es más pecado, si el atacar la Fiesta Brava como él lo hizo o pensar que la Iglesia ha dejado de cumplir su verdadero rol de pastora del pueblo, ha dejado de lado la vocación, humildad, sensatez en la enseñanza del verbo de la palabra de Dios,  lo que han olvidado por completo algunos "curas"  y no meterse en "camisa de once varas".

La Fiesta Brava continuará, seguiremos luchando por fortalecerla, impulsarla, mantenerla por siempre, duela a quien le duela.