El toreo siempre ha sido una profesión muy polémica desde muchos puntos de vista, pero el tema que en esta ocasión nos interesa es el morbo por ver a las mujeres jugarse la vida delante de una res en una profesión que se ha hecho creer que es exclusiva de los hombres. Este artículo surge con motivo de la próxima novillada en la Plaza México donde se anuncia un cartel femenino en el que actuarán la española Raquel Sánchez, Marbella Romero y la presentación de Elizabeth Moreno.
Desde luego que este tipo de carteles causan expectación, en la mayoría de la ocasiones son estrategias de las empresas que aprovechan el morbo del público por ver mujeres en un ruedo, y consiguen meter mayor gente a la plaza. Claro que en su negocio cada quien puede hacer lo que quiera.
Es digno de respeto y admiración a cualquiera que se pare delante de un astado independientemente de su sexo, pero el problema que ha venido ocurriendo en los últimos dos años en México, es cuando se presentan carteles donde se incluyen hombres y mujeres, en la actualidad principalmente en novilladas, debido a que el resultado de ambos es juzgado de distinta forma por el simple hecho de ser de un género u otro. Desgraciadamente esto parece ser contagioso con los jueces de plaza, los cuales se dejan llevar por el público y no ponen orden en una profesión donde la competencia debe de ser pareja.
Pocas son las damas que llega a destacar como matadores de toros, y esto ocurre por distintas razones en las cuales no me voy a meter, aunque muchas refieren que por ser el toreo un mundo machista, mejor se alejan de él.
Si las cosas fueran bien hechas, con esto me refiero a que los encierros que lidian tanto mujeres como los hombres sean parejos en cuanto a edad, peso y trapío, además de que tanto el público, como los jueces de plaza, los llegue a juzgar de la misma manera, la fiesta abarcaría más y desde luego que ayudaría a su engrandecimiento, pero no verlo como quiénes son mejores, si los hombres o las mujeres, sino como toreros, cosa que al igual debe de ocurrir con la nacionalidad, pero eso ya es otro asunto.
Mujeres con las mismas virtudes que los hombres las debe haber, pero precisamente por el hecho de ser dispareja la competencia, todo se presta al morbo solamente sin tomar en serio los resultados en cada festejo. A la mayoría de las féminas con el simple hecho de salir por la puerta de cuadrillas se les brinda una ovación de dulce y durante su actuación se les otorgan concesiones aunque su labor sea penosa.
La exigencia debe de ser la misma para unos y para otros. En este caso, como señalé en un principio, la Plaza México el domingo presenta un cartel más de una Temporada de novilladas que espero que sea eso, una novillada bien presentada en el que el resultado sea juzgado de acuerdo al argumento que se presente en el ruedo sin importar el género. El morbo por ver mujeres debe quedar atrás y ser parte del pasado. Hay que ver simplemente por igual mujeres y hombres toreros.