Hay detalles que revelan mucho más que generalidades. Así lo que ocurrió a Laurent Burgoa, presidente de la 2ª corrida de la pasada Feria de Pentecostés de Nimes el jueves 9 de junio. Toreaban sus Majestades El Juli y Sebastián Castella dando la alternativa a Patrick Oliver, con toros de Victoriano del Rio.
Resulta que este presidente cambió tres toros que se revelaron flojos e inválidos, sancionando una empresa que gusta del medio toro para figuras del G10, con poco más de 475 kilos de peso de promedio en ese tipo de corridas, donde raras veces un toro sobrepasa los 500. O sea que se ven corridas en Nimes que son novilladas en Madrid, para poner cada quien en su sitio.
Peor que los cambios de toros, el presidente Burgoa no concedió la segunda oreja a su Majestad El Juli en su segundo toro, cuando parte, pero no mayoría del público festivo del coso nimeño, la pedía con fuerza, abroncando después un Burgoa estoico. Este presidente, al estilo Matías González en Bilbao, estimó que el conjunto lidia/faena/julipié y presentación global del toro (algunos de los criterios que tenemos que valorar a la hora de otorgar trofeo), que ese conjunto no era suficiente para que la segunda oreja, exclusiva del presidente como lo precisa el reglamento taurino, la diera al Juli.El presidente Laurent Burgoa, Nimes, 09/06/11- Foto: Jiés Arles
Entonces su Majestad Simón Casas, empresa, se enojó declarando que ya no soportaba mas este presidente “amargo” al cual no le gustaría la “fiesta” (¿la cual?). Pues Casas decidió tal el emperador romano que piensa ser en el anfiteatro nimeño, apartar Laurent Burgoa de la presidencia prevista en la corrida que tenía que presidir el sábado 11 de junio por la tarde con el mano a mano ganadero y torista entre Miuras y Victorinos.
Los que presenciaron esta corrida por el Canal + Toros vieron una corrida complicada pero escucharon también broncas incesantes cuando el presidente reemplazante, el inefable Daniel-Jean Valade siempre a los órdenes del césar Simón, presidia saludando a los toreros.Indignados en Nimes, 11/06/11. Foto: vingt-passes-pas-plus.over-blog.org
La pitada reiterada recibida de parte de los aficionados de Nimes es la de los que están hartos de la poca seriedad que reina en el imperio nimeño. Denuncian el triunfalismo (33 orejas en esta Feria) y los rabos por doquier, indultos y vueltas por decenas, la mayoría descaradas, que cuenta Nimes cada año. Triunfalismo oficial y obligatorio y nepotismo empresarial son en Nimes los virus que desvalorizan una plaza de toros que pretende ser la que manda en Francia, pero que está lejos, muy lejos de esto. Están Arles, muy cerca, o Bayona en el suroeste, que esperan tomar un día el liderazgo de la seriedad en Francia, tanto en la presentación de toros como en el comportamiento general, sea de público, empresas o presidencias.
Lo que hizo el presidente Burgoa fue considerado como crímenes de lesa majestad o de Laesae maiestatis como lo decían los Romanos, y la sanción que siguió contra un joven y serio presidente quien fuera revistero de la prestigiosa revista nimeña Toros, revela lo que muchos constatan desde algunas temporadas. La Plaza de toros de Nimes es una plaza de primera categoría facilona y se convierte años tras años, en la estancia vacacional merecida y preferida para los G10 (por Nimes descansó durante casi toda la Feria su Majestad El Juli), tras el tramo amargo, para muchos, de la San Isidro.
El reposo del guerrero no soporta el crimen de lesa majestad de los plebeyos, así considerados los aficionados a los toros, sean del palco o del tendido, por estas Majestades. Plebeyos seremos, como pueblo libre del Toro, eso sí.