La Ministra, como los toros que torean las figuras todos los días, es colaboradora. Es decir, se deja hacer, sin malos modales, pero no emociona, ni invita al esfuerzo. Como sus visitantes están acostumbrados a ese tipo de ganado, se han sentido satisfechos con una Ministra ad hoc, al gusto y costumbre de su tarea profesional de cada día.
No hay duda, la Sra. Ministra refleja dulzura en su rostro. Eso les conformó
Así que ahí les tenemos tan contentos de haber sudado poco en el encuentro. Todo plastificado, sin hondura ni profundidad. Para que la haya hace falta pelear, dominar, conducir las embestidas y no simplemente poner la muleta a distancia y hacer como que se hace. No puede haber credibilidad ni esperanzas en el encuentro, pues para alcanzar la gloria y regenerar la Fiesta hace falta fajarse. No fue el caso.
Además, para qué el Ministerio de Cultura? Con que se reconozca la Fiesta como Bien de Interés Cultural como ya se ha promulgado en algunas Comunidades, ya tiene protección. Como dice Esplá, no se trata de un mueble al que se le cambia de ministerio. La Fiesta por sí sola es cultura lo recoja o no un ministerio o una ley. El problema es otro.
El Ministerio de Interior tiene las competencias de control, aunque no de sanciones a lo que se ve, y dudamos que el de Cultura lo pudiera hacer mejor, o peor según se mire. Lo más delicado, como ya he dicho en otra ocasión, es que el mundo del toro no necesita que le metan en cultura, más bien hay que meterle en cintura. Coincide también el maestro Esplá cuando declara que la fiesta es un enfermo al que hay que practicarle mucha sanidad antes de meterlo en ninguna parte.
Ahora, los que se arrogan la defensa de la fiesta, siendo culpables de muchos de sus males, obran de igual modo que hacen a diario en los ruedos. Abundan en lo que más practican y se conforman con que quienes tengan enfrente sean del grupo de los colaboradores. En ese conformar llevan la penitencia. Una sucesión de pamplinas y falta de amor y rigor a cuanto debería haberse hecho desde hace tiempo, trae como consecuencia que estemos donde estamos.
Por si fuera poco, los políticos juegan sus bazas en aras de no buscar nada más que el enfrentamiento y de ese modo lo que el PP propone en el Senado, lo tumba el PSOE para no darle la razón ni el protagonismo. Los aficionados no entienden, o sí, que si uno no hace nada, el otro partido haya de estarse quietecito. ¿Esperando qué?
Las figuras con la Ministra y el grupo del PSOE en el Congreso, a los que han acudido como representantes, sin ser elegidos por nadie, se han sentido cómodos con los encuentros. A nosotros nos parece que, al igual que en las plazas, lo que más les ha gustado es la “colaboración” que les han prestado a sus faenas. De ahí lo de posar para las fotos. Como en sus tardes de ferias.
Foto: Muriel Feiner
