¡Pobre México!... Tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos, frase que se pronuncia en tierra mexicana. Existen varias versiones del origen de la frasecita hasta a Porfirio Díaz, quien fuera presidente de México, se la atribuyen.
El caso es que estos vecinos del norte de México, no permiten que se realicen corridas de toros tal como se celebran en tierra azteca.
De un tiempo a la fecha se organizan con cierta frecuencia las llamadas corridas incruentas, en las que no se permite que se les haga sangre a los toros, mucho menos que se maten. Dios los libre.
Ellos, los gringos, sí pueden asesinar, vía las guerras, seres humanos en todo el mundo en diversas épocas en lugares como: Japón, Vietnam, Cuba, Rusia, Afganistán, Panamá, Alemania, Irak y otros muchos lados. No obstante, son incapaces de permitir que un hombre que arriesga la vida, mate un toro en una lucha gallarda en las que el toro lleva todas las ventajas.
Peor que gringos
Ignoro si en las absurdas leyes gringas, a los toros también se les tiene prohibido matar toreros, digo, para que la cosa fuera pareja; el caso es que en la ciudad de Las Vegas, del estado de Nevada, se están realizando los festejos incruentos.
¿Usted sabe cuál es el fin de esos toros lidiados en la ciudad del juego? Francamente lo desconozco.
En Portugal, por ejemplo, no se matan los toros en el ruedo en presencia de la gente, pero como las reses lidiadas son picadas y banderilleadas o rejoneadas, según el tipo de festejo, se apuntillan en los toriles. Confieso mi ignorancia de los motivos lusos para que los toros sean muertos fuera del ruedo.
Pero, los lidiados en Las Vegas serán apuntillados allá o se los tendrán que traer a México para darles chicharrón. Supongo que debe costar un billete regresarlos a la ganadería, claro que si al ganadero le gusta el comportamiento de tal o cual bicho lo debe aprovechar para padrear, así no es tan absurda la lujosa tienta efectuada en gringolandia.
Pudiera ser que para evitar el desembolso del flete de regreso, a los toros los echen a la calle; previamente habría que ponerles un sombrero de paja en el testuz y anudarles un paliacate en el cuello, así parecerían mexicanos y como ya está en vigor la ley SB1070 que permite que a todos los parezcan indocumentados los traten como delincuentes, seguro los polis gringos, los matarán antes de averiguar o interrogarlos.
¡Ah!, los gringos.
¿Corridas o parodias?, en la "monumental" de Las Vegas
Por cierto la palabreja gringo más que un gentilicio es un calificativo despreciativo para nuestros vecinos del norte, aunque ahora el diccionario tenga anotado que se refiere a extranjeros, especialmente de habla inglesa y en general a los hablantes de una lengua que no sea la española, no es precisamente un halago. Existen demasiadas versiones del origen de la expresión, una es que cuando invadieron México, los soldados venían vestidos con uniforme verde, entonces la gente les decía en inglés: ¡green go!, algo así como ¡vete verde!
¡Ah! los gringos que todo contaminan. Regaron petróleo en las aguas del Golfo de México; también amolaron el idioma español tan lleno de anglicismos; fastidiaron algunas fiestas, ahora en lugar de decir día de muertos se dice jálogüin; intoxicaron la cocina mexicana sustituyendo los antojitos mexicanos por comida chatarra o rápida, ahora pretenden dañar la fiesta de los toros transformando las corridas de toros en parodias incruentas. Lo peor es que casi todo es con nuestra anuencia.
¡Caramba!, el asunto de estar tan cerca de ellos y tan lejanos de Dios es una desgracia. Pero con todo y sus raras ideas de sentirse los jueces del mundo, de discriminadores, de matones, permiten la fiesta brava, a su manera, pero no la han prohibido como lo hicieron los legisladores de Cataluña, lo que quiere decir que esos parlamentarios catalanes son peor que gringos.